- Marina Geistner (33 años) y Kateryna Chervol (35 años) son dos de las 2.041 personas que han llegado las últimas semanas a Euskadi huyendo de las bombas de Putin. De ellas, 602 viven en los recursos de ayuda urgente dispuestos por el Gobierno español, donde pasan un mes. El resto de la gente se apaña en pisos de familiares, amistades y viviendas de ciudadanos anónimos que se solidarizan con el drama de Ucrania.
Ambas refugiadas decidieron dejar atrás familia, parejas y amistades por el bienestar de sus hijos. Ahora no les queda nada porque sus hogares han sido bombardeados y sus ciudades destruidas. Aun así desean volver a casa “lo antes posible, en cuanto sea un país seguro”, afirmó Chervol que antes de la guerra se dedicaba al comercio internacional.
El delegado de Gobierno, Denis Itxaso, acompañado por la coordinadora de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR-Euskadi), Elena Valverde, se acercaron ayer a uno de los 26 centros de ayuda para hacer un balance del proceso de acogida de refugiados. Itxaso informó de que desde el pasado 14 de marzo la Policía Nacional ha atendido en Euskadi a 2.041 desplazados ucranianos solicitantes de protección temporal, lo que garantiza la autorización de residencia y trabajo hasta que se expida el permiso. De ellas, 857 se han presentado en Bilbao, 375 en Gasteiz y 809 en Donostia. Para finales de mayo se prevé que se hayan superado las 3.000 solicitudes.