- Las vascas llegan a esperar hasta un año para someterse a una mamografía ya que la lista de espera para estas pruebas diagnósticas acumula notables retrasos en Osakidetza. El 53% de las mujeres de entre 50 y 69 años, la población diana, están sufriendo demoras de entre 7 y 8 meses para hacerse una mamografía, pero hay otro 30% de ciudadanas que llegan a soportar esperas de hasta un año. Las dilaciones del programa de detección precoz de cáncer de mama están motivadas por la pandemia y el colapso del sistema sanitario. El Servicio Vasco de Salud admite la demora, pero asegura que están “disminuyendo paulatinamente a lo largo de este año” gracias el refuerzo del personal y la ampliación de los turnos de trabajo que incluye radiografías por la tarde e incluso los sábados.

Según una respuesta parlamentaria de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, a la parlamentaria de EH, Bildu María Garde Ramírez, en la actualidad, el 30,5% de la población entre 50 y 69 años, acumula un retraso de entre 10 y 12 meses para hacerse una mamografía; el 53,1 % de 7 a 8 meses; y el 16,4% de cuatro meses o menos.

Salud explica que lo largo de este 2022, la espera va a disminuir en dos meses y medio para el 66,7% de las mujeres que necesitan estas pruebas “por el solo hecho de volver a citar la zonas afectadas por el confinamiento”. Prevé, además, que las medidas temporales adoptadas para paliar los retrasos causados por la pandemia den resultados a lo largo de este mismo año.

En concreto, se han reforzado turnos de trabajo y ampliado horarios de trabajo para mitigar las listas de espera. También se han incorporado los sms para agilizar la actividad de citación y se han realizado derivaciones de población de unas unidades a otras para optimizar los recursos existentes.

El departamento que dirige Sagardui recuerda que las guías europeas de cribado de cáncer de mama consideran que una mujer se hace mamografías regularmente cuando entre una prueba y la siguiente han transcurrido menos de 30 meses. La estimación de Osakidetza es que a finales de junio de este año, el 45,6% de la población diana vasca se esté haciendo una mamografía en menos de 30 meses de la anterior y que ese porcentaje alcance a siete de cada diez mujeres a finales de septiembre.

La crisis sanitaria derivada del covid está detrás de este atasco en las pruebas diagnósticas. De hecho, la pandemia ha tenido un impacto sustancial en la detección del cáncer. Un estudio reciente realizado en Catalunya por Ermengol Coma, señala una caída del 34% en el número de diagnósticos de la enfermedad durante 2020, con más incidencia durante el período de confinamiento estricto y entre las variantes de mama y colon.

La pandemia también ha provocado un considerable retraso en las llamadas a los programas de cribado. Las invitaciones al programa de cribado se detuvieron a mediados de marzo de 2020, dejando al 43% de la población objetiva sin recibir la convocatoria.

Lista de espera. El 30% soporta un retraso entre 10 y 12 meses; el 53% de siete a ocho meses; y el 16,4% de 4 meses o menos.

66%

Con la ampliación de turnos, un 66,7% de vascas verán mermada la espera en dos meses y medio.

Informe. Las mamografías son la herramienta más eficaz para detectar un cáncer de mama y combatirlo. Pero la pandemia ha supuesto que en todos los países se hayan producido retrasos, aunque la reducción de pruebas varía en función de la contundencia de las restricciones, de su prolongación temporal, así como de los recursos sanitarios. Oguzhan Alagoz y otros autores estimaron el impacto del descenso en la detección del cáncer de mama sobre la mortalidad, valorando distintos escenarios y modelos para la población de EEUU. Sus estimaciones oscilan entre 950 y 2.487 muertes adicionales, dependiendo de si solo hay retrasos y omisiones en el cribado o también hay interrupciones de diagnóstico y tratamiento.