- Hace quince años el Estado vivió un “avance histórico” para las personas transexuales con la aprobación de la ley de identidad de género, que les permitió cambiar de nombre y sexo en el Registro Civil y en el DNI sin necesidad de cirugía, un derecho que han ejercido algo más de 6.000 personas desde 2007.
Fue el 2 de junio de 2006 cuando el Consejo de Ministros dio luz verde a la ley, que tras su tramitación parlamentaria, entró en vigor el 17 de marzo de 2007. Hasta entonces, las personas transexuales tan solo podían cambiar sus datos en los documentos oficiales tras someterse a una cirugía de reasignación de sexo y a través de una sentencia judicial favorable. Con la ley reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas, los transexuales pudieron cambiar de nombre y sexo en el Registro y en el DNI sin necesidad de cirugía pero debían presentar el diagnóstico de disforia de género -con un informe médico o psicológico- y haber recibido al menos dos años de tratamiento médico para acomodar su físico al sexo reclamado.
La primera persona que ejerció este derecho pocas semanas después de la aprobación de la norma -el 10 de abril- fue Julio Cuesta, quien a sus 50 años acudió al juzgado acompañado de su madre y de varios activistas para cambiar su partida de nacimiento por la vía administrativa.
Julio nació con cuerpo de mujer, pero desde siempre se sintió hombre, lo que le llevó a comenzar 30 años atrás el proceso de cambio de sexo con el apoyo de su familia. “Gracias a esta ley he hecho realidad mi sueño”, aseguró entonces.
Para la presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (Felgtbi+), Uge Sangil, la norma “supuso en ese momento un avance histórico celebrado para las personas transexuales en España porque antes la única solución era pagar un abogado privado e ir a juicio”, según afirma.