Los tres supervivientes del Villa de Pitanxo, el barco gallego que naufragó en aguas de Terranova (Canadá), están "en proceso de descanso y aún en shock", según ha informado este miércoles el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones.
Tras un encuentro en Marín con representantes de la casa armadora del pesquero y familiares de los marineros, Miñones ha explicado que los tres se encuentran a bordo del barco gallego Playa de Menduiña Dos, que fue el que localizó la balsa en la que lograron sobrevivir al siniestro.
En estos momentos, ha añadido el representante gubernamental, los marineros están "trasladando información" del naufragio a las autoridades canadienses y al propio servicio de Salvamento Marítimo español.
Toda esa información "se está canalizando" a través de los armadores del Villa de Pitanxo para que llegue también a las familias de los 24 marineros con los que la compañía mantiene un "contacto directo", ha subrayado el delegado.
José Miñones, que ha trasladado la "solidaridad y cariño" del presidente del Gobierno español a los afectados, ha señalado que este es un "día duro" para el mundo del mar, pero especialmente para las familias de los marineros que son, ha añadido, "nuestro objetivo prioritario".
"Hemos querido estar con ellos para trasladarles la información que podemos y sobre todo el cariño del Gobierno y de todos los gallegos", ha apuntado Miñones en sus declaraciones a la prensa, a la salida.
El delegado ha señalado que "lo prioritario" es poder obtener información "oficial y validada" sobre los marineros del Villa de Pitanxo y ha defendido que el "objetivo principal" es traer de vuelta a Galicia a toda la tripulación.
A este respecto, el delegado ha indicado que todo el proceso de repatriación será "difícil y complicado" porque el accidente se produjo a 450 kilómetros de la costa de Terranova a unos 3.000 kilómetros de Galicia.
Desde el Ministerio de Exteriores ya están en contacto con la embajada de España en Canadá y con el cónsul español para organizar el "procedimiento necesario" para el regreso de todos los marineros a nuestro país.
"Hacía mal tiempo, pero era normal"
Mientras, Aura, pareja sentimental de Martín, un marinero del Villa de Pitanxo, del cual no sabe nada, ha sido una de las familiares que este miércoles se ha acercado a la casa armadora para intentar obtener alguna información, porque en la última llamada con su compañero solo supo que "hacía mal tiempo, pero era lo normal".
Él tiene 54 años, vivían juntos en Vigo, y la última vez que ambos entablaron contacto, según ha contado ella a la prensa, fue el pasado lunes a las once de la mañana hora española, cuando en la conversación trataron el duro clima de la isla canadiense de Terranova: "Siempre pasaba", ha observado ella, resignada, y con una emoción contenida.
Partieron para allá el 26 de enero, ha relatado, y hoy Aura se encuentra en la villa pesquera de Marín, junto a la sobrina de él, sumida en la incertidumbre: "Nada, no sabemos nada". Martín, peruano, acumula 22 años de trabajo, tres en este barco que acabó engullido por el mar por causas que se investigan. "Pienso que, como todos, estoy mal, esperando a que digan lo que sea".
Lo mismo que a Aura le ocurre a Carolina, mujer de Jonathan Calderón, de 39 años y también de Perú: "En este barco llevaba doce o trece años; él era el contramaestre".
¿Qué les ha podido ocurrir y qué ha pasado con él? No lo sabe, ha acertado a decir ante la casa armadora, la de Manuel Nores, donde ha ido en busca de respuestas, pero "gracias a dios hay tres personas que están con vida; cuando vengan ya darán las respectivas explicaciones".
Se sabe, por vías oficiales, que hay tres supervivientes, el patrón, Juan Padín, su sobrino, Eduardo Rial, y un tercer ciudadano, ghanés, cuya identidad no ha trascendido; de los 24 tripulantes a bordo, 10 han fallecido y 11 continúan desaparecidos.
Carolina no cree que la meteorología fuese tan cruda, "porque cuando hay malas condiciones, yo las escucho, yo conozco ese sonido". Cerca de ella, otro familiar con un hermano y dos sobrinos en el buque hundido, no ha podido ni articular palabra: "Está uno muy triste".
Un tío de Edemon Okutu, hermano del atleta ghanés Jean Marie Okutu, ha mostrado su inquietud por el estado de su sobrino, tripulante del barco hundido, que residía en Pontevedra con su mujer y dos hijos.
Entre los miembros de la tripulación figuran también Raúl González, de 24 años y de Cangas (Pontevedra), el más joven de los embarcados como alumno en prácticas, y Francisco de Pazo, jefe de máquinas, el mayor y que ya pasaba la edad de jubilación.