uando queda menos de un mes para Navidad, es habitual adelantar las compras y hacer acopio de comida, más en un momento en el que los precios suben de un día para otro, sin visos de que esta escalada se frene a corto plazo.

Pero para que estos alimentos se conserven como es debido, en estas fechas pero también el resto del año, es importante que la nevera y el congelador estén ordenados y que cada producto ocupe el lugar que le corresponde.

La doctora Arantza López Ocaña, especialista en nutrición, ofrece a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA algunos consejos para que en la nevera se eviten contaminaciones de alimentos y estos se conserven como es debido.

"La nevera se organiza para el mantenimiento correcto de los alimentos, para que se conserven en buen estado", explica la especialista.

Las neveras actuales ya cuentan con cajones para el depósito de verduras y frutas y carne y pescado. Pero, "en una nevera normal", los productos frescos, como la carne y el pescado, "tendrían que estar en el lugar más cercano al congelador, porque la temperatura ahí ayuda a que esos productos se mantengan en mejor estado".

Estos alimentos no deben dejarse muchos días en la nevera y otro consejo: hay alimentos "que nunca hay que lavar aunque los vayamos a guardar en el frigorífico", como el pollo o los huevos. Y es que si se lava "el pollo de puede contaminar mucho más fácil, y esto también puede pasar con los huevos, porque al hacer la cáscara más porosa se puede favorecer que los microorganismos pasen al interior".

La siguiente balda, de no haber cajones especiales para ello, la ocuparían las frutas y verduras, aunque teniendo "cuidado para que no toquen la pared del fondo".

Siguiendo el orden de las baldas en la siguiente deberían colocarse "los productos que hayamos cocinado y los briks que tenemos abiertos".

En la zona más alta, la más alejada del congelador, irían los embutidos, los lácteos y los huevos, que no deben colocarse en la puerta, aunque sea ahí donde se sitúe la huevera, porque con la apertura y el cierre de la misma "sufren constantes cambios de temperatura, que podrían afectar un poco a su estado".

En la puerta deberían ir "las conservas, la leche, la mantequilla, la mermelada y este tipo de productos".

"Cuesta lo mismo poner los alimentos en una balda que en otra y respetar estos criterios ayuda a su conservación", abunda la experta.

López Ocaña pone el acento en un hecho: "Hay determinadas frutas y verduras que no se deben meter en la nevera". "El tomate, si se mete en la nevera, no termina de madurar, las patatas no hay que meterlas, ni tampoco la cebolla y el ajo, que se pueden endurecer". En el caso de querer conservar una cebolla ya empezada, se debe hacer "en un recipiente hermético".

Tampoco deberían guardarse en el frigorífico "las manzanas los melocotones y su familia, la pera... El melón y la sandía, tampoco, porque puede afectar al sabor de los mismos". En verano, cuando se quiere tomar melón o sandía fría, aconseja meterlos en la nevera "unos minutos antes del consumo".

A la hora de decidir qué se deja dentro o qué fuera se debe tomar en cuenta si las frutas son "climatéricas o no climatéricas". Las climatéricas son aquellas que tras ser recogidas pueden madurar y, por contra, las no climatéricas son las que no maduran tras recogerse. "Por ejemplo, la manzana, la pera, el melón, el plátano o el kiwi maduran estando fuera y eso hay que tenerlo en cuenta antes de decidir".

Entre las no climatéricas se hallarían, entre otras frutas, la naranja, la mandarina, la piña, la uva, el pomelo, el limón, la frambuesa... En este caso no hay proceso de maduración que se interrumpa por conservar en frío, pero "no hay que olvidar que si las compramos verdes no van a madurar. Son frutas que interesa comprar maduras o en su punto". La miel, el chocolate, o las frutas tropicales tampoco deberían meterse en el frigorífico.

Dentro se podrían conservar, en lo que a frutas se refiere, la mora, la fresa, los frutos rojos en general, o los higos. En la lista de verduras se incluirían, entre otras, la alcachofa, los espárragos, la vaina, la endivia y "las crucíferas en general" como la coliflor, el brócoli o las coles. Zanahoria o rábano también pueden conservarse de este modo.

Conservar los alimentos convenientemente organizados, además de contribuir a que mantengan todas sus propiedades, ayuda a evitar "la proliferación de microorganismos indeseados". "Si un alimento está mal conservado puede desarrollar la salmonela u otra serie de bacterias que nos pueden dar bastantes sustos", añade.

Hay frutas y verduras que pueden llegar a estropear otros alimentos, por lo que hay que conservarlas "por separado y fuera de la nevera. Los productores de etileno, mejor siempre fuera". ¿Cuáles son estos alimentos? El aguacate, el mango, las manzanas, el plátano, el tomate, la papaya...

No es aconsejable colocar los huevos en la puerta de la nevera aunque exista una huevera, porque sufren constantes cambios de temperatura

Tomates, ajos y patatas deben conservarse fuera. Las cebollas ya partidas, no las enteras, pueden meterse siempre en recipientes herméticos

El pescado y la carne, siempre que no sea muy grasa, congelan bien pero hay alimentos en los que este proceso provoca cambios en el gusto o textura

Es aconsejable descongelar en la nevera y no al aire. Si un alimento se descongela, solo puede volverse a congelar después de ser cocinado