- La Formación Profesional tendrá un papel fundamental para cubrir cerca de 10 millones de oportunidades de empleo que van a surgir en la próxima década, especialmente en el sector servicios, aunque sigue existiendo un “evidente desacople” entre la oferta y la demanda de trabajo, además de un problema de renovación de las capacidades y conocimientos entre el colectivo laboral activo.
Son algunas de las conclusiones más relevantes del informe anual del Observatorio de la FP de Caixabank, presentado ayer en Madrid. El documento recoge también los desafíos que afronta el mercado laboral, sobre todo para dar una salida a los jóvenes y los parados de larga duración.
La mayor parte de las oportunidades serán por reemplazo -alrededor del 90%- y se orientarán hacia el sector servicios, y el resto lo constituirán ofertas de nuevos empleos. Este desequilibrio se explica por las jubilaciones previstas hasta 2030, que serán el eje sobre el que gire la progresiva sustitución de esta masa de trabajadores.
La importancia de la FP sigue aumentando, con un millón de alumnos en el Estado este año por vez primera, y un porcentaje de población ocupada con estudios relativos a esta rama que ronda el 23,5%. Las ofertas de empleo para la Formación Profesional pasaron a representar un 41,3% del total el pasado año pese a la pandemia.
No obstante, el informe advierte de los problemas que debe encarar el sector, como la falta de nuevos estudiantes potenciales, ya que la población entre 15 y 19 años comenzará a disminuir a partir de 2025. El abandono escolar en el Estado figura entre los más altos de la UE.
Es precisamente la falta de relevo la que se considera como una de las grandes amenazas, ya que el documento señala que, para compensar el número de personas que salen del mercado laboral, se necesitarían más alumnos, pero también capacitar con nuevas habilidades a muchos de los trabajadores que se encuentran activos y que tendrían que asumir nuevas tareas.
La actualización de las capacidades de los trabajadores en activo aparece como un reto pendiente para todo el sistema, puesto que la participación de los asalariados en la denominada Formación Profesional para el Empleo (FPE) se redujo casi un 17% el pasado año y el gasto cayó casi un 30% en un ejercicio marcado por el confinamiento impuesto por la pandemia. El gasto medio en formación ha disminuido desde 2016, alerta el informe, que advierte asimismo de que el profesorado crece a menor ritmo que el ingreso de nuevos alumnos. Además, la tasa de cobertura de la FPE sobre las personas desempleadas se mantuvo en torno al 5%, lejos del 20% marcado como objetivo por la Comisión Europea para el año 2025.
En este sentido, el presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, señaló que el mercado laboral afronta diferentes problemas, como una alta tasa de paro juvenil y un crecimiento en el porcentaje de desempleados de larga duración.
Tareas. En el informe se analizan otros retos pendientes, como el estancamiento de la presencia de la mujer en ramas científicas y técnicas y la escasa matriculación en la FP Dual, que comprende enseñanza y prácticas, ya que apenas supone un 3,7% del total. Además, la titulación en esta última vertiente se concentra en pocos ámbitos sectoriales: Industria (30,6%), Servicios a la Empresa (22,4 %), además de Personales y Socioculturales, con un 15,6%.