Cementerio de Zallo. Acto solemne en recuerdo a las víctimas del bombardeo de Gernika-Lumo. Un superviviente de 85 años, Emilio Aperribay, que salió vivo tras volar por los aires un refugio espera en el camposanto junto a su hija, Monika Aperribay, la llegada de la socialista Idoia Mendia para entregarle una carta en la que reclama una petición de perdón por parte del Gobierno español, al igual que hizo el ejecutivo alemán, lo que supondrá un "alivio y reconocimiento". Muestran nervios, pero la secretaria general del PSE-EE no acude. "Y, ¿ahora qué?", comparten los dos residentes en Bilbao.
El objetivo del manuscrito es llegar al presidente español, Pedro Sánchez. Cuando todo parece perdido, el propio lehendakari, Iñigo Urkullu, atiende a DEIA y se presta a enviar él personalmente la misiva a Sánchez. "Sería bueno -asiente- que un representante del pueblo español, del propio Gobierno español, pudiera venir aquí, a alguno de los actos, o en su caso a Gernika, para presentar sus respetos. Es una deuda moral que estaría bien que más allá de sus testimonios en el Congreso de los Diputados o Senado, estuvieran aquí para mostrar su respeto a aquel pueblo que decía el generalísimo caudillo Franco que decía representar", pondera Urkullu, quien confirma a este diario que su abuelo materno, Antonio Renteria, fue gudari del batallón Lenago Il.
El lehendakari lee en alto la misiva de los Aperribay, que arranca con un llamamiento al Gobierno del Estado. Y recuerda que han pasado 84 años y siguen esperando que el Ejecutivo central "tome ejemplo del mensaje que en 1998 redactó el presidente Roman Herzog en el Parlamento alemán pidiendo perdón a la villa de Gernika".
La epístola eleva al Gobierno de Sánchez que siendo "socialista tiene ahora la gran oportunidad de ser valiente". Urkullu, junto al alcalde gernikarra, asegura a la familia Aperribay que les informará del proceso por correo electrónico.