Euskadi continuará con vetos estrictos motivados por el negativo desarrollo de la pandemia que el miércoles corroboró una curva de contagios en ascenso, con más de un millar de nuevas infecciones, y con una presión asistencial ya insoportable con 165 pacientes graves en las Unidades de Críticos. Sin embargo, la comisión técnica que asesora al Gobierno vasco apunta a algún signo de mejora y prevé un "estancamiento" de la incidencia del virus, aunque advierte de que habrá que analizar los datos en los próximos cuatro o seis días para confirmar el cambio.
El LABI técnico volvió ayer a constatar que el conjunto de medidas restrictivas en vigor, es, en este momento, es de "una alta intensidad". Subrayó, además que los límites del Estado de Alarma y las resoluciones del TSJPV, "impiden añadir nuevas restricciones en Euskadi". En este contexto "grave y preocupante", los técnicos estimaron que este no es el momento ni de relajar ninguna de las medidas actualmente en vigor, ni tampoco de modificar el contenido del decreto que las sustenta. Por el contrario, apreciaron que hay que intensificar el rigor en su cumplimiento con un doble objetivo; "empujar hacia abajo la pandemia y revertir el tensionamiento en el sistema sanitario" ya que hay 714 pacientes ingresados en hospitales.
"Solo en la medida en que avance la vacunación, llegará el momento de relajar medidas", señalaron. De esta forma, el lehendakari, Iñigo Urkullu, no convocará con carácter inmediato a la Comisión Asesora del LABI para tomar nuevas decisiones. Así, mientras el resto de comunidades relajan medidas, Euskadi, no se plantea retocarlas, pero tampoco aumentar las limitaciones.
Pese a los malos datos, los expertos pusieron de relieve que aunque la ola actual de la pandemia no está siguiendo la pauta de subidas anteriores, es previsible que próximamente se vaya "dibujando una meseta que preceda al inicio del descenso progresivo" de la incidencia acumulada en catorce días. Advirtieron de que esta predicción debe tomarse con las "cautelas" precisas en función de la evolución de las variables de la pandemia, fundamentalmente la velocidad en la vacunación que, si se acelera, "debería de influir positivamente en el freno y posterior descenso" de las tasas.
Basaron esta predicción en el estancamiento de la incidencia acumulada en siete días, algo que puede anticipar lo que ocurrirá con la de catorce días, y en la evolución descendente en la última semana del R0 que se acerca al valor de 1, que en anteriores olas de esta crisis sanitaria ha significado el valor máximo.
Ante los dientes de sierra tan acusados que presenta la crisis sanitaria, Lakua pretende que esta nueva desescalada sea más lenta, y por tanto más segura, que la llevada a cabo tras el confinamiento de primavera y tras el cerrojazo que se vivió en noviembre. Una y otra vez se ha evidenciado la necesidad de programar una hoja de ruta progresiva, para evitar que las salidas de las restricciones produzcan una nueva explosión de casos. No hay que olvidar que el relajamiento de las medidas con motivo de Navidad, se saldó con la tercera ola de febrero.
De cara al próximo final del estado de alarma el 9 de mayo, los técnicos destacaron que medidas como la limitación de la movilidad nocturna, la restricción de las agrupaciones de personas o los cierres perimetrales "desempeñan una función preventiva fundamental como barreras eficaces" para reducir la transmisión del virus.
Hay que recordar que, según el último termómetro, aprobado el pasado 25 de marzo, la CAV sigue cerrada perimetralmente y mantiene el confinamiento de municipios con una incidencia acumulada superior a 400. El toque de queda se sitúa entre las diez de la noche y las seis de la mañana. En lo que respecta a la hostelería, en localidades con incidencia superior a 400, el horario en interiores es de 6.30 a 9.30 horas y de 13.00 a 16.30 horas, en el resto de municipios cierra a las ocho.
Toda Euskadi se encuentra en zona roja y hay, al menos, 65 municipios con confinamiento perimetral. Cada lunes, el Departamento de Salud divulga una resolución con la relación de municipios y territorios que superen los parámetros fijados.
Por todo ello, el LABI técnico no ve "adecuado" el final del estado de alarma "sin contar con una garantía jurídica que permita adoptar este tipo de medidas con seguridad". De hecho, recomendaron "intensificar" todas las acciones necesarias ante el Gobierno español, con el resto de comunidades y en el Parlamento Vasco para "configurar un marco de actuación seguro, tanto desde el punto de vista de su cobertura jurídica como desde la claridad con que debe transmitirse a la sociedad las decisiones que se adopten".