Igor Artola, dueño del "Radikal Cheyenne Saloon" en Anoeta, y del "Chopper Bar" en Donostia, considera que las restricciones impuestas a la hostelería para su reapertura son excesivas. "Es anecdótico que nos dejen el 100 % de la terraza en pleno invierno. Nos van preparando. Avanzan que la apertura será solo de exteriuores, y luego nos dan las migajitas para que estemos contentos".
David Núñez, propietario del "Jaque Café" de Portugalete, comparte la misma opinión. "Es una limosna. Nos tienen cerrados un mes, y ahora nos dejan abrir solo hasta las ocho de la noche. Estoy indignado".
Algo más optimista es Raquel Martínez Olano, dueña del "Goikoa" de Gasteiz, aunque dice que afronta la apertura con cautela. "Reabriré sola porque no puedo jugar con el trabajo de las personas. No puedo sacar a mis empleados del ERTE para después volver a meterles si cambia la situación epidemiológica".