A la larga lista de subsectores turísticos impactados por las restricciones anticovid se suman las estaciones de esquí, que se han visto obligadas a retrasar su apertura en Europa, a pesar de contar, en muchas de ellas, con buenas condiciones climáticas para iniciar la nueva temporada.
No obstante, el sector de nieve, para el que el período de Navidad supone un tercio de los ingresos anuales, ya había sufrido el impacto de la pandemia antes, de hecho fue una de sus primeras víctimas, al tener que acelerar precipitadamente su cierre, a mediados de marzo pasado, debido a los estados de alarma decretados en la mayoría de los países europeos.
Pese a ello, las estaciones españolas, que generan más de 3.100 empleos directos, recibieron la temporada pasada a 4,8 millones de esquiadores e ingresaron 118,8 millones de euros por remontes, sólo tres millones menos que la anterior, que fue completa, gracias a un aumento de la facturación media por visitante, según datos de la Asociación Española de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem).
En el Estado, donde el pistoletazo de salida de la temporada suele ser este puente de diciembre, las estaciones han permanecido cerradas, a excepción de la de Punto de Nieve de Santa Inés en Soria, la más pequeña de la Península.
Aparte de otra pequeña estación, Leitariegos (León), que prevé abrir sus puertas mañana, de momento tan sólo unas pocas como Masella o Baqueira han anunciado su intención de iniciar la temporada en los próximos días, esta última el 11 de diciembre, a la espera de las órdenes de la Generalitat.
FRANCIA, ITALIA Y ALEMANIA SIN ESQUÍ HASTA ENERO
Otros gobiernos europeos como el francés, italiano o alemán han prohibido la apertura de las estaciones hasta enero y, además, el primero ha amenazado con llevar a cabo controles en las fronteras para evitar desplazamientos a otros países donde sí será posible esquiar.
Una amenaza, lanzada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, al anunciar medidas "restrictivas y disuasorias" para impedir que los franceses vayan a esos países por razones sanitarias y también "para no crear situaciones de desequilibrio" con las estaciones galas, que no podrán funcionar por orden administrativa en un principio hasta el 20 de enero.
Pero más allá de este dispositivo, muy criticado por la dificultad para ponerlo en práctica, Francia se ha centrado en buscar una coordinación europea si no para obtener la clausura de los complejos de esquí en los países vecinos, al menos para que sus ciudadanos no puedan utilizarlos.
La Comisión Europea (CE) ha pedido a los países prudencia para evitar un repunte de los contagios y coordinación en sus medidas, pero la competencia sobre la apertura de las estaciones recae en cada Estado miembro.
En Italia, las estaciones permanecerán cerradas hasta el 6 de enero para evitar la propagación del coronavirus en el periodo navideño, una decisión que ha puesto en pie de guerra al sector, que representa cerca del 1 % del PIB del país y que el pasado año tuvo una facturación de 10.000 millones de euros.
En Alemania, las restricciones contra la pandemia regirán al menos hasta el 10 de enero, lo que implica que el comienzo de la temporada de esquí, que normalmente se inicia entre noviembre y diciembre, no empezaría antes de esa fecha y ello solo si, en ese momento, la evolución de la pandemia lo permite.
También el Gobierno de Andorra ha decidido demorar la fecha de apertura de temporada de esquí hasta principios de enero, debido a la situación sanitaria y de limitación de la movilidad que se está viviendo en varios territorios de Europa como Francia o España, que aportan el grueso de los visitantes de sus estaciones.
AUSTRIA ABRIRÁ EN NAVIDAD
En cambio, Austria abrirá sus estaciones de esquí a partir del 24 de diciembre próximo, aunque mantiene todo el sector hotelero y gastronómico cerrado hasta al menos el 7 de enero.
Su gobierno se resistió durante semanas a la exigencia de Italia y Alemania de mantener las estaciones de esquí cerradas para impedir un nuevo repunte del coronavirus, alegando que ha impuesto suficientes medidas de seguridad sanitaria y que se han prohibido las famosas fiestas "aprés ski", causantes de miles de contagios en marzo pasado.
En Suiza, las estaciones podrán abrir únicamente con una autorización de los gobiernos cantonales, en función de la situación epidemiológica de la región y de que las instalaciones cuenten con planes de prevención estrictos.
A finales de octubre, unas 110.000 personas en Suiza habían comprado el Magic Pass, una abono económico que permite esquiar en más de 30 estaciones.