El joven irundarra, Nahia Grisalba, ha relatado en Euskadi Hoy Magazine de Onda Vasca cómo lo que iban a ser unas vacaciones de un mes en Perú se conviertieron en una estancia de más de tres meses. El joven ha relatado cómo viajó a Perú en marzo, cuando a Euskadi llegaban las primeras noticias sobre el coronavirus. "Viaje a Sudamérica pensando que la covid-19 no sería un problema, pero enseguida llegó a Perú. El confinamiento me sorprendió en Machu Picchu".
El vasco pudo trasladarse a Cuzco y después a Lima donde tuvo que alquilar un apartamento. Tenía su vuelo de regreso programado para el 9 de junio, pero hacía escala en EE.UU. y le resultó imposible volver. "La embajada me remitía a la aerolínea, y la aerolínea a la embajada. Llegó un momento en el que la embajada ni respondía. El primer vuelo de repatriación estaba previsto para el 16 de junio, pero se fue retrasando una y otra vez, y no regresé hasta el 4 de julio".
Grisalba ha asegurado que el confinamiento en Lima fue muy estricto con presencia militar en las calles, y que se levantó con 300.000 infectados porque la gente no tenía trabajo y el país es muy pobre. A su llegada a Irun le ha sorprendido que "no todo el mundo utiliza mascarilla, algo impensable en Perú".