uanto más numerosa sea la familia, más necesidad de consensuar las normas de convivencia. Si bien el periodo de confinamiento representa un reto para cualquier familia y persona, lo es aún mayor para las familias compuestas por un mayor número de personas y que además viven en un espacio reducido.
Además de todas las pautas referidas a las familias con hijos e hijas en cuanto a rutinas diarias y necesidad de contacto con personas del exterior, en el caso de las familias numerosas es especialmente conveniente consensuar y establecer patrones de conducta. Pactar entre todas las personas una serie normas que hagan que se respeten, incluso reflejarlo por escrito en un póster que todos vean cada día y, así poder apreciar lo que cada uno y cada una aporta a la convivencia puede ayudar a establecer un orden entre todos. Aquí se incluirían tanto las conductas molestas para los demás que se deben evitar, como todo aquello que sabemos que mejora la vida de la familia y que cada uno se compromete a hacer.
Una vez consensuadas las normas, reconocer los esfuerzos que realiza cada uno también resulta beneficioso para el buen desarrollo de la convivencia.