La contaminación del aire urbano ha caído en Euskadi un 30% durante la segunda quincena del mes de marzo, según se recoge en el informe 'Efectos de la crisis de la COVID-19 sobre la calidad del aire urbano en España' elaborado por Ecologistas en Acción, que concluye que la reducción "drástica" del tráfico se está traduciendo en "una mejora sin precedentes de la calidad del aire, muy por debajo de los límites legales y las recomendaciones de la OMS".
En un comunicado, Ekologistak Martxan, haciéndose eco de este informe, ha indicado que las medidas de restricción de la circulación, derivadas del vigente estado de alarma, han provocado entre los días 14 y 31 de marzo el desplome del dióxido de nitrógeno en las principales ciudades del Estado.
La organización ecologista ha subrayado que esta reducción de la contaminación se ha producido "en el marco de una situación extrema, en absoluto deseable, que está originando graves problemas a muchísimas personas".
Por ello, Ekologistak Martxan se ha solidarizado "con todas las personas que están padeciendo la pandemia y sus consecuencias", así como con "los servicios públicos esenciales que están enfrentando la emergencia sanitaria y social".
En cuanto al informe elaborado por Ecologistas en Acción, ha indicado que analiza los datos oficiales de dióxido de nitrógeno (NO2) recogidos en 125 estaciones de medición repartidas entre 24 ciudades del Estado español durante el mes de marzo de 2020 y de los diez años anteriores. Presenta, por lo tanto, "una foto fija de la calidad del aire urbano en el último mes, antes y después de la declaración del estado de alarma y las medidas de confinamiento", ha subrayado Ekologistak Martxan.
Entre sus principales conclusiones, la plataforma ecologista ha destacado que, desde la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo, se ha producido "una reducción drástica de los niveles de contaminación atmosférica por dióxido de nitrógeno (NO2) en las principales ciudades españolas, reducción que se ha cuantificado en un 55% de los niveles de contaminación habituales en estas fechas, durante la última década".
Ekologistak Martxan ha señalado que Euskadi "no escapa de esta realidad", de forma que el descenso de los niveles de contaminación respecto a las mismas fechas del año pasado es de un 30% de media, y más concretamente, de un 39% en Gasteiz, un 30% en Bilbao y un 22% en Donostia.
Según ha precisado, los puntos de registro de Bilbao se centran en el Parque Europa, Arraiz, Mazarredo y María Díaz de Haro, siendo este último el que más ha notado la reducción del tráfico motorizado.
La mejora de la calidad del aire está siendo general, tanto en los centros de las ciudades como en las periferias urbanas, al igual que son generales las medidas de limitación de la circulación adoptadas, "si bien persiste una cierta diferencia entre la contaminación registrada, mayor en las estaciones orientadas al tráfico que en las de fondo urbano", ha precisado.
El informe recoge que los niveles de NO2 registrados durante el estado de alarma son "los más bajos para la segunda quincena del mes de marzo de la última década en todas las ciudades analizadas". Se mantienen, además, "muy por debajo del valor límite y la guía anual de la OMS, cuando en las estaciones de tráfico dicho umbral se supera frecuentemente en el mes de marzo", ha remarcado Ekologistak Martxan.
MENOR REDUCCION EN LA CORNISA CANTÁBRICA
Territorialmente se aprecia una menor reducción de la contaminación en las ciudades de la cornisa cantábrica, debido quizá a factores meteorológicos no identificados. En cambio, las ciudades del litoral mediterráneo son las que más han rebajado los niveles de NO2, hasta concentraciones en ocasiones propias de estaciones rurales de fondo.
Además, las precipitaciones y la inestabilidad atmosférica predominantes durante el mes de marzo también han contribuido de manera importante a mejorar la calidad general del aire, señala el informe.
Ekologistak Martxan ha señalado que la crisis de la enfermedad Covid-19 "demuestra que la reducción estructural del tráfico motorizado y los cambios en las pautas de movilidad son la mejor herramienta para rebajar la contaminación del aire en las ciudades, sin olvidar que esto se ha producido en el marco de una situación extrema, en absoluto deseable, que está originando muertes y graves problemas a muchísimas personas".
Según ha dicho, "esta dramática situación creada por la pandemia del coronavirus viene a corroborar que la reducción del tráfico motorizado en las ciudades tiene claros efectos en la disminución de la contaminación, lo que a su vez supone una importante mejora de la salud pública".
Por ello, cree que, "una vez se salga de esta dura crisis, del confinamiento y las limitaciones a la circulación de las personas, esta constatación debería marcar las políticas de movilidad urbana, implantando zonas de bajas emisiones ambiciosas, recuperando el transporte público y potenciando la bicicleta y el tránsito peatonal, como medios de transporte alternativos al vehículo a motor privado".