madrid/sevilla - La violencia machista se volvió a manifestar ayer de manera cruel. Dos mujeres fueron asesinadas en Fuenlabrada (Madrid) y Aznalcóllar (Sevilla) por sus respectivos maridos, con lo ya son 13 las víctimas mortales de la violencia de género en España en 2020. Sumarían 1.046 desde que comenzaron a elaborarse las estadísticas en 2003.
Un hombre de 73 años mató a puñaladas a su mujer, de 75, en su domicilio de Fuenlabrada (Madrid) e intentó quitarse la vida luego. El crimen tuvo lugar minutos antes de las 13 horas. Una vecina de la víctima llamó a los servicios de emergencias y alertó de lo sucedido a la Policía Nacional y el Summa-112.
A la llegada de los sanitarios, la mujer con dosteridas por arma blanca en el tórax y el abdomen, había entrado en parada cardiorrespiratoria, que consiguieron revertir. Sin embargo, murió en la ambulancia camino del hospital. El hombre, por su parte, fue estabilizado por los sanitarios, que lo trasladaron en estado muy grave al Hospital 12 de Octubre de Madrid.
La Policía tiene claro que se trata de un caso mortal de violencia de género e intento posterior de suicidio del asesino. De momento, se desconoce si estaban conviviendo juntos o si había antecedentes por violencia de género. Ambos son de nacionalidad española.
Era el segundo caso mortal del día después de que la Delegación del Gobierno contra la Violencia Machista confirmara el asesinato de una mujer de 43 años en Aznalcóllar (Sevilla) a manos de su marido, de 51. El crimen tuvo lugar la medianoche del martes en el domicilio familiar. Esta víctima mortal es una mujer de 43 años y tenía tres hijos, dos de ellos menores de edad. Su marido le disparó en la cabeza en la vivienda familiar y luego se suicidó. Antes había llamado a su hija por teléfono para decirle que iba a matar a su madre y a suicidarse después, hechos que ha presenciado uno de los tres hijos de la pareja, de 4 años.
El alcalde de Aznalcóllar, Juan José Fernández, indicó además que los tres hijos del matrimonio (los mayores tienen 20 y 15 años) están recibiendo ayuda psicológica tras la muerte de sus padres, que se produjo la pasada medianoche en el domicilio familiar.
Según informó la Guardia Civil, la mujer no había presentado denuncias previas contra su asesino, al igual que en el caso de las otras mujeres asesinadas en lo que va de año. Solo en uno de los casos consta una denuncia, pero fue presentada ante los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado por alguien del entorno de una mujer de 36 años cuyo cadáver fue localizado en un contenedor en la localidad alicantina de Moraira.
Diez de las 13 asesinadas eran pareja de su presunto agresor en el momento del crimen, mientras que las otras tres eran expareja o estaban en fase de ruptura con él. Convivían con él ocho de las víctimas.
Por edad, tres de las 12 mujeres presuntamente asesinadas por su pareja o expareja tenían más de 61 años; cinco tenían entre 41 y 50 años; otras dos tenían entre 31 y 40 años, y otras dos entre 21 y 30 años. Ocho eran españolas, y cuatro, extranjeras.
Respecto a los presuntos agresores, diez eran españoles, mientras que otros dos procedían de otro país. Cuatro de los seis presuntos maltratadores se suicidaron tras cometer el crimen, y otro lo intentó. Por territorios, tres crímenes se cometieron en Cataluña; tres en Andalucía; otros dos fueron en Castilla La-Mancha; dos en Galicia; uno en Asturias; y otro en la Comunidad Valenciana.
La ministra de Igualdad, Irene Montero y la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, expresaron su más absoluta condena y repulsa por el nuevo asesinato machista en Andalucía y todo su apoyo a las familias y amistades de las víctimas. "La violencia tiene género. Negar la discriminación y la violencia estructural contra las mujeres, minar su credibilidad, pone en riesgo a las víctimas que están vivas", ha afirmado Rosell. Según ha remarcado, "la lucha contra las violencias machistas es una política de Estado" y "una prioridad vital, literalmente, e implica a toda la ciudadanía".