el consumo de sustancias más normalizado entre los adolescentes es el del alcohol, cuyo consumo se dispara por estas fechas en las que el verano parece abrir la veda a consumos descontrolados. Los últimos datos disponibles indican que el 40,3% de la población escolar no universitaria mayor de 12 años bebe alcohol “habitualmente”, entendiendo por ello “haber consumido alguna vez en los 30 días anteriores a la consulta”.
A pesar del paulatino descenso con respecto a otros años (en 2006 bebía el 57,8%), la tasa de bebedores excesivos ronda el 20%, y la edad media de la primera borrachera se sitúa en los catorce años. Según la misma fuente, casi dos de cada diez escolares de doce a 18 años consumen tabaco y la cuarta parte ha fumado cannabis en el último año, registrándose en ambos casos un descenso progresivo.
Las adicciones sin sustancia son las que más fuerza van cobrando. Entre las conductas de riesgo figuran el uso abusivo de Internet y el uso de juegos de azar y apuestas. Un 12,9% de la población vasca de 15 a 34 años puede considerarse jugadora activa, lo que significa que lo hace al menos una vez por semana y gasta al año 500 euros o más. Un 2,9% puede considerarse jugadora de riesgo.
Preservativos y pastillas
El estudio hace referencia también a la educación afectivo-sexual, que ha experimentado importantes avances en los últimos años. Pese a ello, el informe recomienda seguir prestando atención y favorecer la adquisición de competencias basadas en la igualdad respeto a la diversidad sexual. La edad media de la primera relación sexual completa entre quienes han tenido este tipo de relaciones es de 14,9 años. El 91,7% de los y las jóvenes vascas de entre 14 y 18 años que han mantenido relaciones sexuales dice haber utilizado un método anticonceptivo seguro (preservativo o pastilla).
Se constata también el incrementado del porcentaje de menores y adolescentes que sufren obesidad. El 5,14% de la población vasca de dos a 17 años presentaba obesidad en 2006 mientras que los últimos datos sitúan ese porcentaje en el 11,1%, por encima de la media estatal (10,3%). El problema de obesidad afecta en mayor medida a chicos (12,8%) que a chicas (9,42%).
A este respecto, se constatan diferencias en función del nivel socioeconómico de las familias.
El 15,41% de las y los niños de familias de nivel socioeconómico bajo presentan obesidad frente al 5,41% de quienes viven en familias de nivel socioeconómico alto. En ese sentido, el Estado español, como firmante de la Convención sobre los Derechos del Niño, tiene el compromiso de garantizar el disfrute del más alto nivel posible de salud a las niñas, niños y adolescentes que residen en su territorio. Esta convención recoge en su artículo 24 que las y los niños tienen derecho a tener acceso a servicios médicos y de rehabilitación, con especial énfasis en aquéllos relacionados con la atención primaria de salud, los cuidados preventivos y la disminución de la mortalidad infantil.