donostia - La Ertzaintza busca desde el pasado sábado a dos menores de Sierra Leona, de unos catorce años de edad, que desaparecieron en la madrugada del día 13 de su habitación de una residencia de Donostia en la que se albergaban para disputar el torneo de fútbol base Donosti Cup (7 al 13 de julio), al que habían llegado de la mano de una ONG y gracias también a la ayuda de Juntas Generales de Gipuzkoa. Según confirmó a este periódico uno de sus educadores y el fundador y presidente de la ONG Diamond Child School of Arts and Culture, Anthony Seydu, se fueron “sin un céntimo en el bolsillo y muy cansados, ya que el día anterior habíamos jugado tres partidos”. La cámara guipuzcoana había aprobado en abril una ayuda económica de 4.000 euros para le llegada de este equipo de Sierra Leona y otros dos de Palestina.

Anthony Seydu es un conocido cantante, compositor y percusionista de Sierra Leona que llegó como polizón a España hace más de 30 años y vive en Madrid, donde ha colaborado con artistas de la talla de Kiko Veneno o Raimundo Amador. Fue el propio Seydu quien denunció la desaparición de los dos menores en la comisaría de la Ertzaintza de Donostia el mismo sábado a las 16.00 horas, después de unas horas de incertidumbre y tras haber embarcado el resto de integrantes de la expedición en el vuelo de vuelta a Sierra Leona.

Los jóvenes integrantes del equipo Diamond Child habían llegado tarde el viernes por la noche a la residencia en la que se alojaban, “hacia las dos de la mañana”, y fue el propio Seydu quien se percató de su ausencia a las siete de la mañana. “Yo fui a a recogerles temprano para llevarles al aeropuerto, pero al entrar en una de las habitaciones, nada; dos de ellos se habían escapado por la ventana de la residencia (un primer piso). Fue un chasco para mí y para todo el equipo”, lamenta Seydu, quien asegura que este hecho supone un duro golpe para la ONG que fundó en 2005.

Desde entonces, Diamond Child School of Arts And Culture ayuda a jóvenes que viven en los barrios más pobres de Freetown. Algunos son huérfanos, otros hijos de los niños soldado de la guerra civil que tuvo lugar en Sierra Leona entre 1991 2002 y otros son víctimas del brote de ébola que hubo entre 2014 y 2015.

Para traerles a Donostia, ha sido necesaria una campaña de crowdfunding impulsada por el propio Seydu y que recaudó en un solo mes 5.120 euros de 83 donantes. Todo enturbiado por una chiquillada.

“Fue al día siguiente de haber jugado la final”, confirma Seydu. “Fue un poco lioso. Estaba previsto que jugásemos el sábado (10.00 horas) por la mañana en Zubieta, pero el partido se adelantó al viernes porque la organización (de la Donosti Cup) se dio cuenta de que teníamos los billetes de vuelta cerrados para el sábado y salía muy caro cambiarlos. Teníamos el vuelo a las A las 10.30 de la mañana: “De Bilbao a París, y tránsito a Freetown (capital de Sierra Leona)”, explica Seydu.

“todo se ha ido al garete” Los dos menores, “de 14 años”, aparentan “algún año más, porque la vida en África suele ser más dura, pero son niños”, lamenta el presidente de la ONG en conversación telefónico con este periódico. “Son menores de edad. Eso por un lado; y por otro, sinceramente, esto es una putada para nosotros porque tras mucho trabajo y mucho esfuerzo, la Donosti Cup y Diamond Child pudimos conseguir los visados, a través de la embajada española en Guinea Conakry y después de esto, ahora mismo, todo se ha ido al garete. Para nuestra organización es una gran putada”, asegura Seydu.

El objetivo de su organización no es otra, aclara, que darle a estos chicos “una oportunidad de que puedan participar en torneos como la Donosti Cup, donde se lo pasan muy bien. En este caso, volvieron para Sierra Leona con un trofeo, que además allí ha sido un motivo de orgullo nacional. Desde hace quince años ningún equipo salió a jugar fuera de Sierra Leona, ni de fútbol, ni de baloncesto, ni de ningún otro deporte, ni ninguna categoría; este ha sido el primer equipo que salió del país para jugar en el exterior”, insiste.

Las consecuencias de esta fuga, dice, se antojan demoledoras para otros jóvenes compatriotas. “Que nos den otro visado Schengen es simplemente imposible. No nos lo van a volver a conseguir. Lo han estropeado estos dos chicos y han estropeado el futuro y el porvenir de otros. Y ahora estamos intentando, a través del Gobierno de Sierra Leona, a ver si conseguimos, presionando a los familiares de estos chicos, que nos digan dónde están y que podamos localizarlos”.

“una oportunidad” perdida En la habitación en la que dormían los dos fugados pernoctaban cinco jóvenes, pero el resto de compañeros, asegura Seydu, “dicen que ninguno sabía nada. Se les ha quedado cara de tontos. Y a nosotros. ¡Dios mío, con todo lo que hemos luchado para conseguir esto! Y aún así se nos ha estropeado el futuro que podíamos tener. Había otras opciones, pero estos dos chavales han optado por la peor. Todos son chicos de nuestra escuela, Diamond Child, algunos llevan doce años con nosotros y no esperábamos que fueran capaces de esto”, lamenta.

Se marcharon con lo puesto. “No tenían ni un céntimo, es más, utilizamos la fórmula de que no tengan necesidad de dinero, porque son niños. Tenían todo lo que necesitaban. Estaban con dos entrenadores, que han estado trabajando con ellos, y los conocen muy bien; y estaba el director de la escuela; y ahí sí, consideramos que tenían que haber tenido mayor control”, añade.

Aunque la ONG Diamond Child trabaja con niños criados en zonas desfavorecidas de Freetown, la capital de Sierra Leona, Seydu considera que desde que están en su escuela, “su realidad allá no es tan mala. Estos chicos allí tienen su comida, su transporte y sus necesidades básicas cubiertas. Ellos se creen que todo aquí se regala, en occidente. Y no así. Están equivocados. Ellos no ven el peligro aquí y cuando tengan dificultades, tampoco van a tener a nadie a quién acudir. Es un chasco para nosotros”, insiste.

“Te sientes muy mal porque consigues embarcar a mucha gente que tiene en ti esa confianza y no se puede tirar por la borda así. No está bien, y eso me da mucha pena”, añade.

Los niños del equipo Diamond Child disputaron ocho partidos en la categoría B14 de la Donosti Cup, en la que terminaron segundos entre 68 equipos. Ganaron siete partidos antes de llegar a la final, en la que cayeron frente al conjunto catalán Segre (2.-0).

Los jóvenes de este equipo de Sierra Leona también fueron recibidos en las Juntas Generales de Gipuzkoa por el presidente de la cámara, Xabier Ezeizabarrena, quien destacó los valores de “solidaridad y respeto” que promueve la Donosti Cup, uno de los torneos de fútbol base más prestigiosos de Europa, en el que en esta edición han participado 640 equipos de 27 países. En total, más de 10.000 niños y niñas.