donostia - ¿Una vez diagnosticada la enfermedad hay siempre un deterioro progresivo?

-Es una enfermedad que cursa en brotes y, en la medida que el cuerpo repara la lesión, el paciente puede recuperarse prácticamente hasta la situación en la que se encontraba previamente. Ahora bien, esa capacidad de reparación se va perdiendo con el tiempo. A partir de ahí ya es más complicado recuperarse del brote, y se quedan las secuelas. De hecho, una de nuestras líneas de investigación trata de entender cómo mejorar o apoyar ese sistema de reparación.

¿Cuál es la principal línea de investigación en su laboratorio?

-Nuestro objetivo es entender cómo funciona la enfermedad. Nos preguntamos si existe algún componente genético en las letras de nuestro ADN que nos predisponga a la patología. Lo estamos estudiando, en colaboración con la Red Española de Esclerosis Múltiple de la que formamos parte.

¿Han encontrado respuestas?

-No es una enfermedad hereditaria. Que los padres tengan esclerosis múltiple puede aumentar un poco el riesgo de padecerla pero no es un factor determinante. De hecho, hay 200 variantes relacionadas con la esclerosis, lo cual indica que existe un amplio campo de estudio. No hay un componente genético claro, pero sí ambientales, y lo que todavía no sabemos es por qué comienza la enfermedad.

¿Qué otras líneas de investigación están siguiendo?

-Además de la genética, estudiamos los biomarcadores, que ayudan al clínico en el diagnóstico y permiten predecir la respuesta en el tratamiento. Otra de las líneas de investigación, como apuntaba antes, es la relacionada con los factores medioambientales. Por ejemplo, para controlar la enfermedad es bueno la exposición al sol y, por contra, malísimo fumar. Dentro de nuestra labor, somos el único grupo español de un consorcio internacional en el estudio de la microbiota, es decir, las bacterias que tenemos en la flora intestinal. Queremos entender cómo está afectado el intestino debido a esta enfermedad para posteriormente, a través de la alimentación, intentar influir en esa microbiota.

¿Queda mucho por investigar?

-Hay que ser moderadamente optimista. Se ha avanzado mucho en los tratamientos, que prácticamente no existían en los años 80. Los primeros llegaron una década después, y eran todos inyectables y duros. De un tiempo aquí se comercializan tratamientos orales mucho más cómodos para el paciente, y gracias a ellos se ha ganado en calidad de vida. Pero sigue quedando mucho por saber. Nos falta saber cómo se repara el sistema, por qué empieza la enfermedad y qué otros parámetros están relacionados. Ademas de los brotes hay otros síntomas de los que los pacientes se quejan mucho, como la fatiga, en los que tenemos que incidir e investigar mucho.

¿Qué destacaría del trabajo que se hace en otros lugares?

-La investigación con células madre, y el campo de medicina regenerativa para intentar curar las lesiones. Insisto en que todavía hay bastante que hacer, más aún teniendo en cuenta que la población envejece cada vez más. En Euskadi, a partir del año que viene el 25% de la sociedad va a tener más de 65 años, algo que también influye en nuestros pacientes. Las personas con esclerosis múltiple van cumpliendo años, por lo que se unen dos factores. La enfermedad y el propio envejecimiento, de ahí que estemos intentando entender cómo se va deteriorando nuestro sistema inmune.

¿El envejecimiento de la población hace prever un aumento de diagnósticos?

-No tiene por qué. Sí que parece que hay un aumento de casos, pero no debido al envejecimiento sino al hecho de que es una enfermedad autoinmune, y vivimos en una sociedad en la que cada vez hay más enfermedades de este tipo.

¿Se puede prevenir de alguna manera?

-Al margen de lo que uno haga, la enfermedad puede ocurrir, pero desde luego que una vez que está diagnosticada sí que hay hábitos de vida que pueden ayudar. Hábitos que nos pueden ayudar a todos: como llevar una dieta más saludable, hacer ejercicio o no fumar.

¿Hay alguna aplicación práctica de lo investigado hasta ahora?

-Somos un instituto de investigación traslacional, es decir, lo hacemos lo más cercanamente posible al paciente. Nuestro objetivo siempre es llevar lo que hacemos al paciente para que la sociedad tenga un beneficio.