parís - El primer ministro francés, Édouard Philippe, asegura que es una “primicia mundial”. En cualquier caso, será una medida que buscará acabar con un “despilfarro escandaloso”, el de los millones de productos no alimentarios -desde ropa a productos higiénicos y cosméticos o electrodomésticos- que cada año son destruidos porque no se venden.

Francia pretende prohibir a partir de 2023 esta práctica, ampliando así una medida que ya se aplica a los alimentos. En vez de tirar y destruir, reciclar o donar. Esa es la consigna que el Gobierno francés quiere convertir en ley para cumplir con el espíritu de economía circular de estos tiempos.

Según el Ejecutivo, cada año se tiran o destruyen en Francia 650 millones de euros en productos no perecederos. “Es un despilfarro que desafía la comprensión”, dijo Philippe al anunciar este martes la normativa junto con la secretaria de Estado de Transición Ecológica, Brune Poirson.

Ella es la autora de una ley de economía circular y contra el despilfarro en la que se incluirá la nueva prohibición. Ya se ha fijado cuándo se implantará: la medida será aplicada a partir de finales de 2021 en todos los productos para los que exista ya una planta de colecta y reciclaje y, para el resto, a partir de 2023.

Según se ha adelantado, las empresas deberán o bien donar los productos no vendidos a asociaciones, o reutilizarlos o reciclarlos, bajo pena de una sanción si no lo hacen.

La destrucción de productos es una práctica habitual entre los grandes distribuidores y las marcas de lujo, que buscan así proteger la propiedad intelectual y dificultar la falsificación. Según la Agencia France Presse, se prevé adaptar la normativa al sector del lujo, que teme que surja un mercado paralelo con productos rebajados. - DNA