madrid - La disolución de las Cortes, consecuencia del adelanto electoral, impidió aprobar la primera ley de eutanasia de España, que inició su andadura parlamentaria en junio de 2018 después de que todos los grupos, salvo el PP, respaldaran la propuesta socialista. Si esta norma hubiese salido adelante, Ángel Hernández no hubiese sido detenido ayer por ayudar a morir a su mujer.
Tras pasar el primer trámite, el proyecto de ley del PSOE tuvo que superar un escollo en octubre, la enmienda a la totalidad del PP que se centraba en los cuidados paliativos y rechazaba el derecho a decidir sobre la propia muerte, iniciativa que PP y UPN rechazaron en el Pleno del Congreso.
Así, la regulación de la eutanasia continuaba adelante en su tramitación, aunque los socialistas acusaron a PP y Ciudadanos de “bloquearla” prorrogando “sucesivamente” el plazo de enmiendas. La denuncia del grupo socialista se producía en febrero de este año, coincidiendo con la presentación en el Congreso de más de 280.000 firmas recogidas por dos familias, a favor de despenalizar la eutanasia y el suicidio asistido. Una de esas familias es la de Maribel Tellaetxe, enferma de alzhéimer que murió un mes después sin que sus familiares cumplieran su deseo.
La nueva legislatura, que se iniciará tras las elecciones generales del 28 de abril, abre de nuevo la puerta a que España cuente con su primera ley de eutanasia. - Efe
PSOE. Quiere “regular la eutanasia y la muerte digna”.
PP. Se opuso en el Congreso a la proposición de ley socialista.
Unidas Podemos. En su programa, busca “exigir un registro de últimas voluntades”.
Ciudadanos. Propone impulsar cuidados paliativos “centrados en el final de la vida”.
Vox. Defiende “la vida desde la concepción hasta la muerte”.