Pamplona - La ecofeminista Yayo Herrero (Madrid, 1965) es una mujer polifacética, con amplios conocimientos de la ecología, la sostenibilidad y el feminismo. Fue excoordinadora estatal de Ecologistas en acción.

¿Qué es el ecofeminismo?

-Es una corriente de pensamiento y un movimiento social, que surge justamente del potencial y rico diálogo que puede existir entre un movimiento como el feminista, que tiene siglos de historia, y el ecologista que tiene décadas pero que ya cuenta con un recorrido.

¿Y cómo se relacionan estos dos movimientos?

-El diálogo potencial que surge tiene sentido cuando nos preguntamos de qué depende la vida humana, que depende de dos bases materiales que son inevitables. La primera es la propia naturaleza, es decir, es imposible que los seres humanos sobrevivan si no interaccionan con los bienes fundamentales de la naturaleza que necesitamos obtener para estar vivos, pero además vivimos encarnados en cuerpos que son vulnerables y finitos. Dichos cuerpos hay que cuidarlos desde que nacen, hasta que mueren, pero sobre todo en algunos momentos del ciclo vital, como es la infancia, la vejez, los momentos de enfermedad o la diversidad funcional. Lo que sucede es que quienes mayoritariamente se han ocupado del cuidado de los cuerpos vulnerables a lo largo de toda la historia han sido mujeres. No porque estemos genéticamente mejor dotadas para ello sino porque vivimos en sociedades patriarcales que asignan de forma no libre el cuidado de los cuerpos.

¿Y cuándo se mezclan esas interacciones?

-Lo cierto es que esa interacción con la naturaleza y esa interacción entre personas para cuidar los cuerpos cuando dialogan entre si, nos llevan a un enfoque de sostenibilidad de la vida. Es decir, nos llevan a plantearnos que necesitamos economías, políticas y culturas que pongan la vida en el centro, que se organicen para garantizar que esas vidas se pueden mantener.

¿Y exactamente cuándo surge dicho movimiento?

-La primera vez que una persona emplea el término ecofeminismo es a comienzos de los 70, justo cuando nace el movimiento ecologista. Y quien la emplea es Françoise Dubon para llamar la atención sobre todo en cuanto a la lucha pacifista contra las armas nucleares, contra los procesos de contaminación masiva y ella es la primera persona que une el deterioro de la naturaleza con la imposibilidad de vivir una vida buena en una naturaleza deteriorada.

El ecofeminismo tendrá tantas variantes como realidades que existan en el mundo, ¿no?

-Tiene una extensión muy diferente a lo largo y ancho del mundo. De hecho más que un ecofeminismo, existen varios ecofeminismos. El movimiento nace en el entorno del pensamiento occidental, pero tenemos también muchísimos movimientos sociales y corrientes de pensamiento que no se denominan ecofeminismo, como en América Latina que prefieren hablar de feminismos territoriales o feminismos comunitarios, en donde también las propias mujeres articuladas en torno a la prioridad de sostener la vida empiezan a afrontar proyectos extractivistas o proyectos contaminadores fundamentalmente de empresas que vienen de occidente.

Estamos en un momento que el clima cambia y algunas energías ya no sirven. ¿En ese contexto qué papel pueden jugar los ecofeminismos?

-Nos pueden ayudar a comprender de forma plena cuáles son los errores de nuestra cultura occidental y que se han plasmado en un modelo económico que no conoce límites y esta centrado en torno a la prioridad del crecimiento económico o de sistemas políticos que, lo que hacen es afianzar dichos modelos, y a su vez, nos pueden ayudar a entender el problema y a encontrar posibles salidas. Y en este momento de despliegue el cambio climático y también en el declive de energías fósiles y minerales, que de alguna manera sostienen el modelo capitalista y existen dos vías de salir de ahí: una vía sería lo que Boaventura de Sousa Santos llama “fascismo territorial”, que es que aquellos lugares de privilegio amparados por el poder económico, político y militar sigan sosteniendo estilos de vida muy despilfarradores en lo material o una segunda vía planificada, justa equitativa, que haga que los que más tenemos aprendamos a vivir bien con menos, y que permitan que las personas que están siendo arrinconadas o expulsadas de la vida puedan caber para vivir vidas plenas y decentes, vidas que merezcan la pena y la alegría de ser vividas. Los ecofeminismos en este momento proporcionan una mirada imprescindible.

El excepticismo ante el cambio climático cala cada vez en más discursos.

-Estamos viviendo un momento de mucha polarización. Por un lado tenemos un sistema que es estructuralmente injusto, se ha convertido en un sistema ecocida, porque va en contra de la propia organización de lo vivo, y patriarcal porque se basa en todos esos trabajos escondidos y despreciados pero imprescindibles que hacen mayoritariamente mujeres, sobre todo en el marco de los hogares y en los espacios públicos de cuidados; y además es un modelo colonial porque necesita utilizar otros lugares del planeta como mina y vertedero, y es un modelo tremendamente injusto. En ese marco surgen polarizaciones.

Las movilizaciones sociales son mas abundantes y la ultraderecha va ganando escaños.

-En efecto, por un lado están surgiendo movilizaciones sociales importantes como el movimiento feminista, uno de los más importantes de corte internacionalista; y por otro lado está surgiendo un movimiento de personas mayoritariamente jóvenes que están exigiendo a los gobiernos que se dejen de pamplinas y atajen la amenaza del cambio climático. Y polarizado en el otro lado, han surgido movimientos de ultraderecha que desvían la atención de los temas importantes, porque no son ultraderechas que ataquen el neoliberalismo o señalen a determinados bancos o empresas como generadoras de diferentes malestares, sino lo que hacen es señalar falsos culpables como las mujeres, que según ellos no cumplen el papel que les corresponde; los inmigrantes que son acusados de generar problemas internos en nuestros países o muchos otros factores que actúan como chivos expiatorios que actúan retirando la atención de otros hechos más importantes. En esa lógica tenemos a Trump, Bolsonaro o Salvini entre otros, o aquí a Vox pero también a otros partidos políticos de derechas que no están muy lejos de estos discursos. Estas tensiones se producen debido a que existe una lucha entre mantener el orden establecido o ampliar miradas para conseguir un modelo que pueda ser aceptable y bueno para todas las personas. Yo creo que en el fondo está la disputa de qué colocar como prioridad: la vida o el dinero. Por otro lado, en cualquier movimiento social que trate de poner en cuestión o de eliminar privilegios, los sectores privilegiados siempre tratan de defenderse. Y muchas de las cuestiones que trabaja o trata el feminismo son difíciles de asumir porque pasan por el cuerpo de las personas. En dicho contexto, los objetivos del movimiento feminista a lo largo de la historia han sido revertir la subordinación de la mujer y generar modelos políticos, económicos y culturales que tuvieran como prioridad la sostenibilidad de la vida de las mujeres pero también del resto de los seres humanos.

¿Qué aportaría esto a la sociedad?

-Estoy convencida de que una sociedad feminista, que coloque la vida en el centro, que se preocupe de la calidad de vida, es una sociedad menos jerárquica, violenta y autoritaria, y una sociedad mejor para todos.

Ecofeminismo. Es una corriente que une la preocupación por el medio ambiente con las ideas de la igualdad del feminismo. El ecofeminismo busca la sostenibilidad, el cuidado del medioambiente para conseguir unas mejores vidas. Es un movimiento que se desarrolla de manera diferente en los diferentes territorios del mundo. La relación del ser humano con la naturaleza en ese territorio es un elemento clave para comprender el desarrollo del movimiento en ese lugar. Existen culturas más biocéntricas que la occidental que los denominan luchas coloniales.

“Los sectores privilegiados tratarán de defenderse ante cualquier movimiento que busque eliminar privilegios”

“Mujeres con el objetivo de sostener la vida se articulan en contra de empresas que suelen venir de occidente”

“Mayoritariamente son mujeres las que se han ocupado del cuidado de los cuerpos”