GASTEIZ/MADRID. La patronal del seguro, Unespa, ha dado este jueves a conocer estos datos en los que se indica que en Euskadi hubo 74.565 accidentes leves de tráfico el año pasado, es decir 3.430 colisiones por cada 100.000 habitantes.

Esta tasa es la segunda más baja del Estado, solo por detrás de Aragón, que registró 3.220 choques por cada 100.000 habitantes.

Los 74.565 accidentes leves contabilizados en 2018 suponen un 0,96 % menos que el año anterior, el segundo mayor descenso después del de Asturias (-2,05 % interanual). En el conjunto del Estado sin embargo se ha producido un aumento del 0,11 % respecto a 2017.

Por provincias, Gipuzkoa ha logrado uno de los mayores descensos de todo el país con 23.584 siniestros, un 2,12 % menos que en 2017.

En Bizkaia hubo 38.823 accidentes leves, un 0,44 % menos, y en Araba 12.158, lo que supone un descenso del 0,28 %.

Unespa también da datos del promedio diario de los golpes de chapa por provincias y días de la semana. Así se comprueba que en Bizkaia hay más accidentes leves los lunes (129) y los viernes (130), cuando el promedio diario es de 107. Los fines de semana bajan con 76 golpes los sábados y 52 los domingos de media.

En Gipuzkoa los miércoles (78) y los viernes (79) son los días con más siniestros, con un promedio diario de 65.

En Araba las diferencias por días son menores, excepto los fines de semana cuando el promedio baja claramente. Los lunes (40), martes (38), miércoles, jueves y viernes (los tres con 39) apenas presentan diferencias entre sí.

En el conjunto del Estado se registraron 1,93 millones de siniestros leves, la cifra más alta desde 2010.

Según explica Unespa, estos choques, típicos del tráfico urbano, constituyen una de las magnitudes que reflejan la situación económica de un país, ya que en momentos de bonanza se producen más colisiones porque hay una mayor cantidad de vehículos circulando por las calles y viceversa.

De hecho, los golpes de chapa tocaron suelo en el Estado en 2013 (1,73 millones) y desde entonces no han dejado de crecer.

Las ciudades y comunidades donde más aumentaron este tipo de colisiones el año pasado fueron Melilla, con un 5,91 %; Castilla y León, con un 2,59 %, y Canarias, con un 2,28 %.

Por el contrario, los accidentes sólo bajaron en cuatro regiones, que fueron Asturias (2,05 %); Euskadi (0,96 %); Castilla-La Mancha (0,64 %) y Navarra (0,59 %).

Si se hace el análisis por provincias, destacan la subidas de Segovia (8,12 %); Melilla (5,91 %); Soria (5,33 %) y Salamanca (4,38 %), así como los descensos registrados en Albacete (2,69 %); Teruel (2,29 %); Gipuzkoa (2,12 %) y Asturias (2,05 %).

La mayor cantidad de incidentes leves, en cifras absolutas, se produjo el año pasado en las zonas más pobladas, como Madrid, con 253.206 colisiones; Barcelona, 199.338, y Valencia, con 100.998.

El panorama cambia si se analiza la cantidad de accidentes por cada 100.000 habitantes, y, de esta forma, las provincias donde resulta más complicado conducir son Melilla, con 5.320 colisiones; Baleares con 5.220; Málaga, con 5.080; Cantabria, con 5.030 y Santa Cruz de Tenerife, con 4.650.

Los lugares donde la siniestralidad en relación al tamaño de su población es más baja fueron Teruel, con 2.780 choques; Zaragoza, con 3.210; Ceuta, de 3.300, y Gipuzkoa, con 3.320.