Bilbao - Todo el mundo da por hecho que el miércoles será el día uno de la huelga más salvaje que haya vivido la enseñanza concertada vasca. Sindicatos, patronales y familias están convencidas de que la mesa de negociación fallida del viernes era el último cartucho para desactivar el paro de ocho días que afectará a 120.000 estudiantes en más de 215 colegios de Kristau Eskola, AICE-IZEI e Ikasgiltza. La esperanza es lo último que se pierde, porque si se entra en el terreno de los hechos, la negociación ha entrado en vía muerta.
En opinión de los sindicados, no se ha producido ningún avance tras más de un año. Y si los ha habido han llegado a “cuentagotas” aunque aún están “lejos” de la plataforma conjunta planteada. Entre tanto, las ikastolas han pactado la renovación de su convenio colectivo sin una voz más alta que otra en sus 60 centros. Además, ELA, LAB, Steilas, CCOO y UGT censuran a las patronales por adoptar una actitud “inmovilista”, ya que siguen sin hacer “propuestas que supongan cambios sustanciales respecto a las anteriores y fueron rechazadas”. Entre otras cuestiones piden recuperar el poder adquisitivo perdido desde 2009, alrededor del 13%. La última oferta ronda el 3%. Por su parte, Kristau Eskola, la patronal mayoritaria del sector con 131 centros, 90.000 estudiantes y 8.000 educadores, acusa abiertamente a las centrales de “imposibilitar una verdadera negociación” puesto que sus demandas pondrían en riesgo la sostenibilidad de los centros, amenazados por el cierre de aulas debido al descenso de la natalidad.
En medio de este cruce de acusaciones que se retroalimenta hasta formar un bucle de versiones opuestas se encuentran el alumnado y sus familias. Estos se han convertido, sin querer, en los auténticos damnificados de un conflicto que ya se ha cobrado nueve días de huelga (seis este curso). Además de un grave trastorno de conciliación, los paros han supuesto la pérdida de horas lectivas. Preocupa especialmente la situación del alumnado de segundo de Bachillerato que este año se juega su acceso a los ciclos formativos de Grado Superior o a la universidad en la selectividad. Y es que, de completarse el calendario de la huelga convocada del 16 al 25 de enero, este grupo de estudiantes perdería el 10% del curso (152 horas lectivas).
La falta de acuerdo de la última reunión ha supuesto un punto de inflexión para las federaciones de las asociaciones de madres y padres (Fecapp, Bidelagun y Fapae), que exigen la mediación de los partidos políticos y del propio Gobierno Vasco. Así se lo trasladarán mañana a la consejera de Educación, Cristina Uriarte, en la reunión que mantendrán en la sede del Ejecutivo vasco de Bilbao. “El Gobierno es una de las partes implicadas y tiene que estar sentado a la mesa también porque la red concertada supone el 50% del sistema”, según Aitor Mujika, de Bidelagun. A medida que ha avanzado el conflicto, los sindicatos opinan ahora que el Departamento de Educación “no puede irse de rositas”, mientras que las patronales le piden más fondos para paliar la “infrafinanciación” de sus colegios frente a los públicos.
Las federaciones de AMPAs concretarán tras la reunión con Uriarte un calendario de acciones. “Queremos alzar la voz para que se nos escuche y se nos tenga en cuenta, porque el error principal es enfocar el conflicto solo como un asunto laboral”, según Miryam González, presidenta de Fecapp. Y es que quince días de huelga son muchas horas lectivas en blanco. Son muchos los favores que se piden a familiares que se hacen cargo de los hijos e hijas, días de vacaciones y permisos que no todo el mundo se puede permitir. “Nos sentimos indefensos. Estamos preocupados porque se está utilizando a nuestros hijos para presionar en la negociación y asustados por lo que puede pasar, ya que tenemos ocho días de huelga por delante y se puede estar planteando una huelga indefinida, lo cual sería terrible”, según Victor Petuya, de Fapae.
Los partidos piden explicaciones Algunas asociaciones de madres y padres, como las de El Carmen de Bilbao y Santa María de Portugalete, han convocado sendas manifestaciones los días 18 y 20 de enero en Bilbao si no se desconvoca la huelga. Muchas otras familias proponen echar atrás el recibo de la cuota mensual del colegio. Los últimos días han entrado en escena algunas formaciones políticas, como EH Bildu, que esta semana ha registrado en el Parlamento Vasco una interpelación y dos peticiones de comparecencia de la consejera de Educación en la Cámara de Gasteiz con el fin de conocer si Uriarte tiene intención de intervenir en este conflicto laboral o no. Y ayer la secretaria general del PP vasco, Amaya Fernández, advirtió de que su formación condicionará “cualquier negociación presupuestaria” a la mejora de los conciertos con la red educativa concertada vasca antes de que concluya el mes de enero.