Lejos de ser un simple dolor de cabeza, supone una patología neurológica compleja que se manifiesta con ataques recurrentes de cefaleas moderadas o severas que suelen ser de carácter pulsátil, a menudo unilateral y acompañados de nauseas, vómitos y sensibilidad a la luz, a los sonidos y a los olores. La patología se asocia a dolor, discapacidad, peor calidad de vida y costes socioeconómicos.

La mayor parte de las personas que como Nerea padecen migraña, en algún momento optaron por auto medicarse y las cifras así lo confirman: solo el 4% busca a un especialista en dolor. La joven informadora también intentó de todo -homeopatía, yoga, acupuntura... recaló en otros puertos de salvació - hasta que acudió al neurólogo que le trata actualmente en Osakidetza. Pero, aunque sepas que no servirán de nada, cuando el dolor es tan intenso que casi llegas a ver las estrellas, te agarras a cualquier mínima esperanza que te dicen o lees en alguna revista; aunque los productos y las técnicas no estén testadas científicamente, aunque luego te dés cuenta que lo único que has hecho es perder tiempo y dinero al agárrate a una falsa esperanza de tratamiento”, añade Nerea.

incomprensión Explicarle a la gente de su entorno por qué se siente exhausta cuando le aparecen los momentos difíciles de la migraña es misión complicada, cuando no imposible. “No le dan mucha importancia, salvo las personas de mi círculo más próximo que ven mi sufrimiento, pero el resto no entiende que deje de trabajar dos días por una simple migraña. El desconocimiento es total”, dice resignada Nerea.

“Es una enfermedad infradiagnosticada originada por motivos multifactoriales y claramente infratratada, porque hay insuficiente atención médica. Además, la sociedad tiene cierto estigma hacia esta dolencia. Al ser algo invisible, cuesta más generar empatía y comprensión y, como tal, no se llega a considerar una enfermedad y por eso se banaliza mucho”, subraya Patricia Pozo-Rosich, investigadora principal del Grupo de Investigación en Cefalea del VHIR y miembro del Comité Ejecutivo de la International Headache Society y de la European Headache Federation.

En realidad, la migraña no solo te quita días de vida, jornadas en las que no puedes hacer nada de lo que tenías proyectado, sino que también te provoca una gran ansiedad al no saber cuándo se producirá el próximo ataque, lo que denominamos ansiedad anticipatoria. Esto condiciona mucho, ya que no solo te afecta el día que la persona está enferma”, recalca la especialista.

el aura Ane, estudiante de arquitectura, sufre ataques de migraña desde que tenía seis años; la patología le viene de familia. “Mi ama es migrañosa”, reconoce esta gasteiztarra de 22 años, consciente de que le aparecerá cuando le da la gana. “Tiene vida propia y la respeto, pero sobre todo tengo terror a que aparezca, el mismo que tenía mi ama cuando de pequeña la veía sufriendo hasta la saciedad sin poder hacer nada”, dice Ane, acostumbrada a la presencia cotidiana de la migraña en su vida, “demasiado acostumbrada tal vez”.

El aura de migraña suele ser el preludio de un fortísimo dolor de cabeza, con síntomas tan variados que incluyen alucinaciones sensoriales, trastornos en el lenguaje (en la percepción), y estados delirantes (oníricos y de trance). Pero el dolor puede estar o no estar. En este sentido, no es un rasgo obligado ni exclusivo de la migraña.

Una amiga de la ama de Ane -porque siempre hay algún conocido/a que tiene un amigo con migraña- padeció de intensos ataques durante más de veinte días seguidos. “Cuenta ama que fue horrible; solo quienes tenemos migrañas podemos entenderla. Además, los medicamentos en aquella época eran escasos y poco resolutivos. Por ello la adherencia era muy baja; esto afortunadamente está cambiando”, sostiene.

En cuanto a los retos futuros del manejo de la migraña y el desarrollo de nuevas terapias, la neuróloga Pozo-Rosich, en el reciente congreso de la Sociedad Española de Neurología (SEN), puso el foco, por un lado, en “la educación de la sociedad en general, para que el propio paciente sea más consciente de lo que tiene y de los recursos de los que dispone para afrontar que tiene una enfermedad”. Además, considera que se precisa aumentar el interés de los facultativos, lo que irá muy vinculado a la aparición de nuevos fármacos que se toleren bien y sean eficaces. “Existe aún la necesidad de disponer de biomarcadores o formas de medir la enfermedad como una vía de predicción, más allá de la información que aporta el paciente”, subraya.

cambio de paradigma Los pacientes con migraña demandan a los especialistas tratamientos eficaces que les mejore su calidad de vida. Por eso la neuróloga Santos Lasaosa, del Instituto de Investigaciones del Sueño (IIS), insiste en aplicar a las personas con migraña un tratamiento correcto para que su adherencia a las terapias preventivas sea la adecuada, “porque las terapias preventivas en el momento actual para la migraña episódica y crónica no fueron diseñadas para esta patología y por sus efectos secundarios hace que muchos pacientes las abandonen”, añaden.

Sin embargo, las neurólogas que participaron en sendas ponencias en el Congreso de la SEN mostraron su satisfacción por las nuevas investigaciones que apuntan a un cambio de paradigma de la mano del fármaco erenumab, ya que “en los últimos años se han registrado importantes avances en relación con el neuropéptido CGRP (péptido relacionado con el gen de la calcitonina), tanto en el ámbito del tratamiento sintomático de la migraña como en el preventivo, con diferentes anticuerpos monoclonales contra el receptor o contra ligando. Así, erenumab demuestra ser eficaz en la prevención de migraña episódica y crónica”, sentenciaron.