madrid - Las bombillas halógenas no se podrán fabricar ni vender a partir del 1 de septiembre de 2018, cuando entre en vigor una normativa europea que tiene como objetivo favorecer el uso de tecnologías LED más eficientes y sostenibles, una medida que ha sido acogida con satisfacción por parte de ecologistas y científicos en España. Así, el responsable de Energía de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz indicó que la aprobación de esta medida implica “un gran paso”. Sin embargo, a pesar de que asevera que es “una gran noticia”, cree que en una vivienda la iluminación es un factor “pequeño” de consumo porque hay otros aparatos “más contaminantes” como grandes electrodomésticos o contar con varios televisores. “Si coges la factura total de una casa, contamina más la lavadora o la calefacción que una bombilla”, afirmó.
Por ello, el responsable de Energía apuntó que una medida alternativa pasa por contar con propias fuentes renovables en cada casa, como paneles solares “para reducir el impacto energético y el cambio climático”. Por su parte, el investigador del CSIC en el Instituto de Microelectrónica de Barcelona Xavier Perpiña, consideró que los principales beneficios de este cambio están en el consumo y en el tiempo de vida. Así, explicó que aunque el funcionamiento no es muy distinto a las incandescentes, el tipo de material que utilizan las LED es diferente, ya que tienen un gas halógeno en su interior, principalmente yodo o bromo, que permite que el desgaste del filamento sea mucho menor.
También destacó el tiempo de vida, mayor que en el de las incandescentes, pero recordó que todas ellas, independientemente de su tipo, generan residuos y, que, precisamente es por todo ello que la UE las prohíbe, por su consumo más elevado y los altos residuos que genera. Entre las ventajas, Perpiña se refirió asimismo a que contribuirá a un menor consumo energético, a aumentar el uso más eficiente de la energía y a reducir la generación de residuos. -E.P.