gasteiz - El historial clínico-ambiental evoluciona favorablemente, pero no tan aprisa como querrían las instituciones y la sociedad, en general. Desde el año 2010, la CAV ha conseguido reducir un 6,8% la generación de residuos aunque la cifra anual es elevada. El último dato que aparece en el Perfil Ambiental 2017-Residuos indica que todavía se producen 5.906.738 toneladas de deshechos lo que significa que, de media, cada persona genera 2.695 kilogramos de residuos al año.

Una cantidad cuantiosa y más aún en comparación con la Unión Europea (entre 1.000 y 1.500 kilos por persona y año), pero que tiene su explicación en la marcada personalidad industrial y social vasca. Así lo indicó ayer Iñaki Arriola, consejero de Medio Ambiente, cuando expresó que la radiografía de los residuos en Euskadi está etiquetada por la fuerte industrialización del territorio, entre otros factores. En concreto, habló de la presencia de sectores “con una alta generación de residuos como el siderúrgico, la construcción o el papelero”; y se refirió también al “poder adquisitivo” de la población como otro agente decisivo en esa ecuación. Disponer de más dinero implica un mayor consumo y la consiguiente generación no solo de los desperdicios en los hogares, sino también de residuos industriales derivados precisamente de fabricar (o importar) bienes y servicios que son posteriormente consumidos.

Por eso mismo, la recogida selectiva en casa es uno de los caballos de batalla sobre los que insistirán las instituciones (vascas y europeas) durante los años venideros. El tiempo se agota, y el cumplimiento de las estrategias y objetivos marcados por el propio Gobierno vasco y por la Unión Europea para 2020 está todavía un poquito alejado. Lo subrayaba ayer Elena Moreno -viceconsejera de Medio Ambiente- durante una jornada técnica ante profesionales del ecodiseño, la economía circular, el reciclaje,...: “Tenemos que seguir incrementando la recogida selectiva de residuos urbanos, especialmente los de materia orgánica. Ahí tenemos todavía mucha tarea por hacer”, enfatizaba.

No se olvidaba la viceconsejera del otro punto débil de la cadena vasca de la economía circular: la industria pesada. “Tenemos que apostar, y esto sí de una vez por todas, por el reciclaje de las corrientes industriales prioritarias. Estamos hablando de los lodos de papeleras, arenas de fundición, escorias de acería, vehículos fuera de uso? Tenemos que dar una salida tecnológica a todo ello; y hacerlo en colaboración público-privada”, sostenía. Y todo, teniendo en cuenta el progreso experimentado en estas últimas décadas.

Porque, como la propia Moreno reconocía, “se han hecho cosas y se están haciendo muchas cosas bien, pero todavía tenemos muchas más por hacer”. Por ejemplo, en materia de eliminación en vertedero. En la actualidad, según los datos recogidos en el Perfil Ambiental, se está eliminando en vertederos el 40% de los residuos producidos y el objetivo es que para el horizonte de 2035 únicamente acaben en el vertedero el 10%. “Euskadi tiene tasas de eliminación importantes todavía y nosotros somos, Gipuzkoa, uno de los causantes porque no teníamos dónde tratar los residuos”, ilustraba en este sentido José Ignacio Asensio, diputado de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas de la Diputación Foral de Gipuzkoa, presente también en la jornada organizada ayer en la capital vizcaína.

El modelo guipuzcoano fue analizado con detalle. Es ejemplo en recogida selectiva, con tasas por encima incluso de las aconsejadas por la UE, pero la falta de infraestructuras era un obstáculo para mejorar el rendimiento. En el plazo de dos años unas cuentas instalaciones estarán operativas: valorización, compostaje, tratamiento de escorias,... “En un año escaso estarán en funcionamiento todas las que se construirán en Zubieta: la planta de Tratamiento Mecánico Biológico, por ejemplo, generará automáticamente una mejora de entre unos seis y ocho puntos en la recogida selectiva”, describía Asensio. Esto significará que la tasa estará por encima del 60%.

Con todo, la viceconsejera Moreno insistió en la trascendencia de prestar atención a los movimientos que lleguen desde la UE. Eso sí, recalcó que “es importantísimo reducir la generación de residuos de construcción para, entre otras cosas, poder llegar al compromiso del 10% en el Plan de Prevención y Gestión de Residuos 2020” e incidió en la necesidad de “desacoplar el consumo de recursos naturales del crecimiento económico produce muchísimos ganadores: empresas competitivas, fuerza de trabajo motivada...”.

Distribución. Los residuos industriales no peligrosos constituyen “la corriente de mayor generación” con un 56% del total, seguida de los de construcción y demolición (21%), y de los urbanos (17,5%). Los peligrosos son el 5,5%.

Valorización. En la actualidad se alcanza una valorización del 60% del conjunto de los residuos. Se valorizan 3,5 millones de toneladas de residuos y se eliminan (vertido y otras formas) de 2,3 millones de toneladas. La incineración es minoritaria.

60%

Del conjunto de residuos (industriales y urbanos), el 60% es ya objeto de valorización material o energética.