Bilbao - Las últimos estudios sociolingüísticos vienen a reforzar un futuro ciertamente complejo para el euskera. Mientras que cada vez son más los habitantes de los siete herrialdes de Euskadi que conocen la lengua vasca, hasta alcanzar una comunidad de más de 700.000 hablantes potenciales, su uso no experimenta una tendencia tan positiva. En un ecosistema tan complejo en el que entran en juego múltiples factores, Euskaltzaindia y Sabino Arana Fundazioa, junto a representantes de las instituciones públicas de la CAV, Nafarroa e Iparralde, y más de medio centenar de agentes y entidades sociales, celebraron ayer en Bilbao una jornada que analizó los retos que se le avecinan a la legua vasca, poniendo especial énfasis esforzarse en acortar la brecha entre el conocimiento y el uso.

El euskera ha ganado decenas de miles de hablantes durante los 25 años, fruto de las políticas lingüísticas implementadas, sobre todo en materia de educación. Es la cara de la moneda que, por el contrario, tiene su cruz. Ese contrapunto está en el uso del idioma vasco, que según los últimos datos sociolingüísticos de los que se disponen, ha pasado de ser usado habitualmente por un 13,5% de la población en 1991 a un 16,5% en 2016. Ha pasado de 325.000 a 437.000 hablantes habituales. Pero lejos de amilanarse, las instituciones que participaron en las ponencias de la jornada Euskararen erabileraren gakoak - Claves del uso del euskera se reafirmaron en “poner el foco en incrementar su uso”. Así lo expuso el consejero de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, quien efectuó un símil, comparando el euskera con un acordeón al que además de darle aire -conocimiento- para su funcionamiento, también hay que hacerlo sonar con su uso. Dos son los factores que determinan que la lengua vasca se escuche más o menos. Se trata de “la facilidad a la hora de hablar y el entorno”, dos características que hay que encauzar para que el euskera gane en presencia en las calles. Para ello, Zupiria apeló a la colaboración entre todos los agentes del universo euskaldun. “Necesitaremos de activismo”, sostuvo, “pero también de análisis para tomar las mejores medidas posibles”.

El presidente de Euskaltzaindia, Andres Urrutia, coincidió con las tesis expuestas por el consejero Zupiria y ahondó en la preocupación por sumar hablantes ha sido uno e los pilares de la academia de la lengua vasca desde su fundación, casi hace un siglo. “Podemos estar de acuerdo en los diagnósticos, si bien mantener divergencias por las diferencias entre territorios en las medidas a establecer”, abundó. Urrutia se reafirmó en que Euskaltzaindia mantendrá su trabajo en dos vertientes. Generar instrumentos cada vez más útiles y crear foros colaborativos para pasar de la euskaldunización al uso son claves. “No es una tarea sencilla, sino que será un proceso largo”, auguró. Tanto Zupiria como Urrutia desearon que el Euskaraldia, la iniciativa que del 23 de noviembre al 3 de diciembre fomentará el uso del euskera en la calle, se extienda durante todo el año.

Tras una ponencia a cargo de los profesores de la UPV Garbiñe Bereziartu y Beñat Muguruza, que expusieron un estudio sobre el uso del hitano en Azpeitia, y otra del docente y escritor Joxerra Gartzia, en la que incidió en la necesidad de romper tabúes en lo que respecta al registro más informal del euskera, tomaron la palabra los responsables de la política lingüística de la CAV, Nafarroa e Iparralde, Miren Dobaran, Mikel Arregi y Joseba Erremundeguy, respectivamente.

Con realidades bien distintas de una entidad a otra -tanto a nivel de euskaldunes como de realidades políticas-, Dobaran se felicitó por la labor ejercida en torno a la euskaldunización desde el Gobierno Vasco, pero también deslizó la posibilidad de que el modelo D, que tiene el euskera como lengua vehicular, pueda sufrir una revolución durante los años próximos. Con una comunidad vasco hablante menor (del 6,7%) y dividida por territorios -norte de carácter más euskaldun, sur con prevalencia de los castellanohablantes-, Arregi trazó hasta ocho puntos de la estrategia que el Ejecutivo foral de Uxue Barkos pretende establecer para mejorar la salud de la lingua navarrorum. En Euskadi norte, que cuenta con una Mancomunidad Única desde la que poder implementar medidas, Erremundeguy recordó que a partir del 2019 se podrán cosechar los primeros resultados.