madrid - El trabajo de esta epidemióloga colombiana permitió identificar las siete variantes del VPH que producen cáncer, lo que ha hecho posible el desarrollo de vacunas eficaces. Por ello ha sido distinguida con los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, en la categoría de Cooperación al Desarrollo

¿Qué eficacia tiene la vacuna que ha propiciado?

-Supereficaz. Los estudios que se han hecho en más de 200 millones de dosis indican que la vacuna es eficaz para evitar la infección y para prevenir las lesiones precancerosas del cáncer de cuello uterino y también como las verrugas genitales. También hay una primera evidencia preliminar indicando que la vacuna es eficaz en prevenir el cáncer invasor; un estudio de Finlandia indica que las mujeres vacunadas tienen menos cáncer invasor que las no vacunadas. La vacuna está siendo evaluada por todos los países que la han incluido en sus programas nacionales de inmunizaciones. Hasta el momento no hay una evidencia científica para decir que la vacuna va a producir enfermedades secundarias.

Solemos relacionar cooperación con trabajar sobre el terreno. ¿Por qué le conceden el premio Cooperación y Desarrollo?

-Porque he trabajado en la Agencia Internacional para Investigación en Cáncer en Lyon, que es una agencia de la OMS. Mi unidad ha estado orientada a cánceres ligados con agentes infecciosos, entre ellos el cáncer de hígado, ligado a la hepatitis B y C, que son muy frecuentes en los países pobres, cáncer de estómago ligado a la bacteria Helicobacter pylori y, sobre todo, cáncer de cuello uterino. Con nuestros estudios epidemiológicos en 40 países del mundo en los 5 continentes llegamos a demostrar sin lugar a dudas que el virus era la causa principal y necesario de este cáncer. Estos hallazgos permitieron a las empresas farmacéuticas fabricar las tres vacunas disponibles hoy en día.

¿Cuántos cánceres tiene su causa principal y necesaria en los virus?

-Se supone que los agentes infecciosos son responsables de entre un 10% y un 20% de todos los cánceres en el mundo. Después del tabaco, que es el causante del 20% ó del 30% de todos los tumores.

¿Qué le impulsó a investigar sobre el papilomavirus humano (VPH)?

-Desde que empecé a estudiar Medicina estuve interesada en investigar los cánceres que eran más frecuentes en los países pobres. El 85% del cáncer de cuello uterino se da en los países más pobres. El gran desafío actual es que las armas que tenemos para prevenir este cáncer, que son la vacuna y el test del papiloma, como un test de cribado, lleguen a los países que más lo necesiten. Porque la mayor parte de los países que han incluido la vacuna en sus programas de inmunización son países ricos, países desarrollados.

Cáncer de cuello de útero. ¿Por qué es tan frecuente en mujeres en países en desarrollo?

-Es la primera o segunda causa de muerte. Afecta sobre todo porque no han sido capaces de instalar programas de detección precoz basados en citologías, como existen en la mayor parte de los países desarrollados. Son programas de cribados o escrining que son muy difíciles de organizar bien y que son muy costosos . Existen en la mayor parte de países europeos y norteamericanos, pero no han sido posible establecerse ni en África ni en muchos países de América Latina o Asia.

Existen 100 tipos de papilomavirus humano de los que 20 son oncovirus. ¿Contra cuántos inmuniza su vacuna?

-No es mi vacuna; mi contribución ha sido proveer la información epidemiológica en la cual las compañías se basaron para hacer esta vacuna. Hay unos 30 tipos que infectan el tracto genital y nuestros estudios en estos 40 países lo que hicieron fue elaborar un mapa de cuáles son los tipos más frecuentes en el cáncer de cuello uterino en todos estos países. Hace un par de años ya se comercializó una vacuna que tiene los siete tipos que previenen el 90% de los cánceres cervicales más los dos tipos que previenen las verrugas genitales que es la vacuna nonavalente y que tiene la capacidad de eliminar prácticamente el 90% de los cánceres cervicales y de las verrugas genitales.

Además de contra el cáncer de cuello de útero. ¿puede prevenir otros cánceres?

-Naturalmente, porque otros cánceres también están asociados con estos virus del papiloma que son el cáncer de vulva, de vagina, de ano en hombres y mujeres, cáncer de pene y cáncer de orofaringe, ya que como 1/3 de los cánceres de orofaringe están causados por este virus.

¿Se puede considerar universal (contra todos los tipos de VPH) la vacuna?

-Sí, por eso le digo que nuestros estudios en 40 países del mundo indicaron que los mismos tipos eran responsables por este cáncer cervical tanto en Asia, África, América Latina, como en Europa. Por eso se puede considerar como una vacuna universal. Gracias a nuestros estudios durante 30 años, las compañías farmacéutica sacaron el beneficio

¿En cuántos países la usan?

-Hay unos 87 países que la han introducido en sus programas. La mayoría son países desarrollados, ricos. Afortunadamente en América Latina, Sudamérica todos los países, excepto Venezuela, la han incluido en sus programas. En América central, también casi todos excepto Nicaragua y algunas islas del Caribe; lo que falta es que llegue a los países más pobres de África y en Asia.

¿Es el precio un obstáculo para los países pobres?

-Sí. Cuando se comercializó costaba 100 euros la dosis. Antes se necesitaban 3 dosis. Luego se hicieron estudios que indicaban que dos dosis pueden ser suficientes sobre todo en las niñas hasta los 15 años. Y ahora hay estudios que van más allá. Se comienza uno en Costa Rica para ver si una dosis es suficiente. Si esto da resultado sería una solución para el problema de la accesibilidad de la vacuna en los países más pobres.

¿Se podrá reducir a una sola dosis?

-La solución sería una dosis con la vacuna nonavalente. El gran desafío que tenemos es que la vacuna llegue a los países que más lo necesiten, los pobres. Que llegue no solo la vacuna, sino también el cribado, la tamización con el test de VPH que es mucho mejor que la citología vaginal. Hace unas semanas el director de la Salud en la OMS hizo un llamamiento público tanto a las entidades públicas como privadas, compañías farmacéuticas, organismos internacionales como el Banco Mundial, para que hagan una alianza para eliminar el cáncer de cuello uterino en los países más pobres.

Usted es colombiana. ¿Augura para Colombia un futuro halagüeño donde las fuerzas se dirijan ahora a combatir las enfermedades y las desigualdades?

-Esperemos que eso suceda, porque realmente en los últimos 50 años se ha gastado muchísimo dinero en la guerra, en las armas combatiendo la guerra; depende de quien sea el nuevo presidente si va a fortalecer los diálogos de paz o los va a tratar de arruinar. Es la pregunta que tenemos en este momento.

¿Cómo explica la potencia que han adquirido algunos movimientos anti-vacunas en el mundo desarrollado? ¿Se han olvidado de la viruela, la tuberculosis, la polio...?

-Es el drama que tenemos en este momento. No solo en los países desarrollados, también en Colombia, donde había uno de los mejores programas que iba muy bien con coberturas superiores al 90%. Un programa como el de Australia o Reino Unido.

¿Que ocurrió?

-En el norte de Colombia, un pueblo que ha sufrido mucha violencia, unas niñas presentaron unas reacciones de convulsiones y a pesar de que habían recibido la vacuna meses antes, alguien culpabilizó a la vacuna y luego los medios inflaron el problema. El Instituto de Salud de Colombia hizo un estudio de más de 500 niñas y la conclusión fue que la vacuna no tenía nada que ver con las convulsiones Pero la vacunación cayo al 17%. El desafío más grande que tenemos ahora en Colombia es recuperar la confianza de la población.