MADRID. Ha sido en la operación Thunderstorm, coordinada por Interpol para combatir el tráfico ilegal de especies de flora y fauna, en la que han participado más de 80 países de todo el mundo, entre ellos España, donde los agentes del Seprona han realizado 13.146 inspecciones y han detectado la comisión de 83 delitos, ha informado la Guardia Civil.

Fuentes del Seprona han explicado a Efe que los agentes de esta unidad han puesto el foco en tres áreas: en el comercio ilegal a través de Internet; en los puestos fronterizos -puertos, aeropuertos y fronteras terrestres-; y en las actividades económicas relacionadas con la venta de plantas y animales y, en especial, en los anticuarios.

Durante la intervención, se han formulado 97 denuncias por incumplimientos del Convenio CITES contra el tráfico ilícito de especies protegidas, y de otras normas relacionadas con esta materia.

Entre los más de 4.000 especímenes intervenidos se encuentran las aprehensiones realizadas de cuatro primates (monos tití, macacos de Berbería, talapoin), 66 aves exóticas (tucanes, kakarikis, loros, faisanes) y 67 reptiles (tortugas marinas y terrestres, cocodrilos, camaleones, serpientes).

Por ejemplo, un criador gallego poseía sin ningún tipo de autorización una serpiente pitón.

También se han aprehendido especies marinas como tiburones y rayas y alevines de anguila e, incluso, 1.280 kilos de caviar de esturión.

Los investigadores han expresado a Efe su preocupación por la comercialización ilegal de primates, protegidos por CITES, no solo por lo que supone de riesgo para su preservación, sino porque pueden trasmitir enfermedades, ya que son portadores de VIH y padecen algunos tipos de leucemia.

También hacen hincapié las fuentes en el expolio que están sufriendo las tortugas terrestres en la zona del Mediterráneo español, muy apreciadas por los que quieren comerciar ilegalmente con ellas porque esos animales crían muy bien.

Durante la operación, se han intervenido en una vivienda de Guipúzcoa 115 tallas de marfil de colmillos de elefante africano, elefante asiático y morsa, que su propietario vendía presumiblemente a través de Internet.

Y entre el gran número de trofeos de caza se ha encontrado felinos naturalizados (dos leones y un leopardo), patas de elefante, pieles y otros que, como recuerdan las fuentes, solo estarían amparados por el convenio CITES para tenencia personal, pero no para venderlos.

Un total de 3.852 cactus han sido intervenidos en Almería, casi todos incluidos en los anexos A y B del convenio CITES, lo que quiere decir que tienen un mayor grado de protección.

Interpol señala al delito contra el medio ambiente como uno de los que mayor crecimiento está experimentando a nivel internacional, principalmente motivado por el amplio beneficio económico que obtienen las redes criminales especializadas que operan en este ámbito.

Según informes de Naciones Unidas e Interpol, los delitos medioambientales se sitúan como el cuarto negocio ilegal más lucrativo a nivel mundial tras el tráfico de drogas, la falsificación de productos y el tráfico de personas.

Sus ganancias se estiman entre 91.000 y 258.000 millones de dólares anuales, a un ritmo de crecimiento del 5 al 7 por ciento cada año.

Los detenidos e investigados en esta operación se enfrentan a penas de prisión de 6 meses a 5 años y a multas de hasta el 350 por ciento del valor comercial de la especie.

Este delito medioambiental constituye una prioridad para la Unión Europea en la lucha contra la delincuencia organizada y grave (2018-2021), lo que motivado la aprobación de un Plan de Acción de la UE contra el Tráfico de Especies (2016) y un Plan Español contra el Tráfico de Especies y el Furtivismo Internacional el pasado mes de abril.

Por su ubicación geográfica y vínculos comerciales y culturales, España es lugar de tránsito o destino de numerosos tráficos ilegales de especies de flora y fauna desde África y América Central y del Sur con destino al mercado interior, al resto de Europa y al continente asiático.