CÁDIZ. Los hechos sucedieron sobre la una de la madrugada después de que el 091 recibiera una llamada solicitando un servicio policial para atender una urgencia en esta barriada, conocida por los agentes por diversos operativos contra el narcotráfico, según fuentes del Sindicato Unificado de Policía.
La llamada resultó ser una trampa y cuando un vehículo zeta y otro camuflado de la Policía Nacional llegaron al lugar se encontraron todo a oscuras porque la luz del barrio había sido cortada.
También se encontraron con una barricada con unas diez botellas preparadas como cócteles molotov.
Cuando los coches policiales pararon ante la barricada, les cayó encima "una lluvia" de piedras, algunas de grandes dimensiones, según fuentes del SUP.
Los agentes salieron de los vehículos y detuvieron a un chico de 15 años que había participado en el apedreamiento y que intentó huir.
El menor ofreció gran resistencia a su detención, según fuentes policiales.
Varios equipos de la URP de la Policía Nacional se desplazaron al lugar y realizaron un despliegue en la zona para dispersar al grupo de atacantes.
En la zona se intervinieron ocho cócteles molotov, múltiples piedras de grandes dimensiones y una bengala.
La Policía Nacional mantiene abierta una investigación para descubrir al resto de personas que participaron en la emboscada.
"Esto es una guerrilla urbana. Tenían todo preparado para quemar vehículos y policías", denuncian en el SUP.
El sindicato policial sigue reclamando "medios y medidas especiales y adecuadas" para atender la situación a la que se enfrentan en esta población y destacan que el menor de edad detenido da muestras de la prontitud con la que se inician algunos vecinos de esta localidad en la hostilidad hacia las fuerzas del orden.