MADRID. Cada día se realiza en el Estado un trasplante renal de donante vivo, un gesto altruista con un marcado acento femenino, ya que 7 de cada 10 donantes son mujeres de entre 46 y 60 años, mientras que los receptores son mayoritariamente hombres (el 67 %).

Euskadi es la tercera comunidad con mayor número de trasplantes renales de donantes vivos, al registrar 8,7 operaciones de este tipo por millón de habitantes al año.

Lidera el ránking autonómico Catalunya, con 17,6 trasplantes renales de donante vivo por millón de población, seguida de Galicia (11,5), Euskadi (8,7), Aragón (8,5) y Asturias (7,4).

Gracias a los donantes y al sistema estatal de trasplantes, reconocido como uno de los mejores a nivel mundial, en la última década se han efectuado en el Estado 3.172 trasplantes renales de donante vivo, una práctica que está especialmente indicada en pacientes jóvenes, antes de entrar en diálisis.

Según datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) con motivo del Día Nacional del Donante de Órganos, Tejidos y Células que se celebra hoy, en 2017 el donante más joven tenía 28 años y el mayor 76.

En el caso del receptor, la edad mínima fue de 5 y la máxima de 76 años y el 95,5 % de los receptores fueron adultos, mientras que sólo el 4,5 %, niños.

La relación que une a donante y receptor es mayoritariamente de pareja (así fue en 111 casos el pasado año) y hubo también 67 donaciones de madres, 61 de hermanos y 36 de padres.

Entre los donantes también hubo 24 familiares de segundo y tercer grado, 14 participantes en el trasplante renal cruzado, 12 donaciones de hijos y 7 de amigos.

Ricardo García se convirtió en donante hace 6 años cuando a su hija le falló el riñón que le habían trasplantado 13 años atrás. Según relata, en un primer momento iba a ser su mujer quien diera el órgano a su hija, pero no pudo hacerlo por un problema de hipertensión.

"Yo era una persona de lo más cobarde que te puedas imaginar, pero me puse en un segundo plano y no me preocupé de mí, sino de mi hija y de que saliera todo bien", reconoce.

Así fue, y gracias a este gesto su hija Raquel vive una vida normal e incluso podrá ver cumplida su ilusión de ser madre.

"La vida me ha cambiado, veo las cosas más positivas que antes. Donar requiere un pequeño sacrificio, pero tampoco demasiado. Yo con un riñón estoy viviendo de maravilla", asegura Ricardo.

También ha contribuido a las buenas cifras la implantación del trasplante renal cruzado, que se puso en marcha en 2009 y del que se han beneficiado desde entonces 194 pacientes, 14 de ellos el pasado año.

Otra figura que se empieza a abrir paso en España es la del "buen samaritano" -alguien que dona un órgano a un desconocido- y que en su mayoría son hombres de una edad media de 49 años, sin cargas familiares y que han tenido una clara trayectoria vital altruista.

En los últimos 8 años, la ONT ha recibido más de 250 solicitudes, de las que se han evaluado 86 como posibles donantes y 14 ya han dado su órgano, lo que ha permitido realizar hasta 39 trasplantes en cadena o renales cruzados.

Uno de estos "buenos samaritanos" es Ángel, conductor de ambulancias, que trabaja a diario con enfermos renales que necesitan diálisis.

Consciente de la dureza de esta situación y tras ver cómo en países como India hay personas dispuestas a vender un órgano para sacar adelante a su familia, decidió hacerse donante de riñón.

"Yo no lo dudé", reconoce Ángel en declaraciones facilitadas por la ONT, y que recomienda a aquellos que sientan esta inquietud que se informen y no teman porque "todo está súper controlado".

De hecho, él se encuentra perfectamente, hace deporte y lleva una vida normal.

La ONT recuerda que la donación de órganos es un acto "de generosidad extrema", en especial cuando se produce en vida y señala como objetivo el de alcanzar en los próximos 5 años los 9 trasplantes renales de vivo por millón de población frente a los 7,1 de 2017.

Esto supondría contar con un mínimo de 400 donantes vivos de riñón al año.