Bilbao - Rodeado de oscurantismo y condenado a pasar desapercibido, el suicidio siempre ha sido un tabú social, pero ocurre. También en Euskadi. Un vasco fallece cada dos días a causa de un suicidio. Los últimos datos del Observatorio del Suicidio son concluyentes y revelan que anualmente fallecen cerca de 190 vascos por este motivo. La estadística subraya que los fallecidos por una muerte autoinfliglida doblan en el Estado español a las víctimas de accidente de tráfico, sin embargo la gran mayoría de comunidades autónomas no disponen de un plan o programa para prevenir este grave problema de salud pública.

“Solo Catalunya, Galicia y Comunidad Valenciana cuentan con una estrategia específica”, señala Andoni Anseán, presidente de la Sociedad Española de Suicidiología, quien considera que este problema no recibe la visibilidad adecuada. “Lo que sí parece haber en el País Vasco es una especial sensibilidad hace este problema y Osakidetza lleva varios años formando a sus profesionales de emergencias, atención primaria y salud mental en este tema”, destaca el especialista y ponente en una jornada que hoy debate en Bilbao este espinoso asunto, organizada por el Colegio de Psicología de Bizkaia.

La sociedad tiende a desoír frases como “quiero quitarme del medio” o “algún día voy a desaparecer”, y mantiene la falsa idea de que el que lo dice, no lo hace, pero el suicidio es una realidad cotidiana. La OMS confirma que en el mundo se produce una muerte de este tipo cada 40 segundos, siendo la segunda causa principal de defunción en el grupo de 15 a 29 años. Para Adriana Goñi, psicóloga y directora del Hospital de Día Psicogeriátrico de la Red de Salud Mental de Nafarroa, “las cifras de suicidios son constantes desde que tenemos estadísticas oficiales. Pero tanto la CAV como Nafarroa son comunidades en la media española y bastante por debajo de la tasa europea”.

La doctora Goñi cree, no obstante, que las cifras podrían ser todavía más altas porque hay algunos siniestros como, por ejemplo, algunos accidentes de tráfico, que pueden encubrir suicidios. “Está claro que la contabilidad de los suicidios puede ser menor que la real. Cuando se produce un fallecimiento que tiene una característica violenta se convierte en una muerte judicializada. Esa investigación es la que dictamina si se debe a un suicidio o a otro tipo de causa”, explica.

Los datos globales también señalan que los hombres consuman más el suicidio. “De cada tres hombres que fallecen por esta causa, muere una mujer. Y esto es así en casi todos los países occidentales ya que solo varía en algún país asiático como China. Sin embargo, las mujeres lo intentan más. Esto tiene un nombre, se le llama la paradoja del sexo. Hay unas diferencias de género muy importantes a la hora de acercarse al suicidio. El hombre hace intentos más graves y letales”, precisa.