MADRID. Aunque la reventa no autorizada está prohibida en las normativas autonómicas, la asociación considera necesario elevar las multas por estas prácticas, calificándolas como infracción muy grave.
La asociación ha remitido un informe a la Secretaría General Técnica del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en el que pone de manifiesto los fraudes masivos que se están produciendo en los últimos años en la venta de entradas para macroconciertos.
"En muchos casos, estas entradas desaparecen de los canales oficiales minutos después del inicio de su venta y pasan a comercializarse en plataformas de reventa donde se multiplica su precio", resalta el informe, que señala a Ticketmaster como una de las empresas con este tipo de "prácticas habituales".
"Su página web frecuentemente deja de funcionar justo cuando se inicia la venta de entradas para determinados espectáculos y poco después anuncia que ya las ha vendido todas. A partir de entonces, la empresa suele anunciar que las entradas se revenden a través de una filial, Seatwave", ha denunciado, tras recordar que las autoridades competentes no han actuado "de manera contundente" ante las reiteradas denuncias contra esta multinacional.
Facua ha criticado también la "pasividad" de las autoridades de consumo y de espectáculos públicos ante estos fraudes, demandando que establezcan protocolos de control para detectar y reaccionar de forma ágil ante las irregularidades. "Algo que ni siquiera se produce cuando son los usuarios o las organizaciones de consumidores los que interponen denuncias y aportan las pruebas de las infracciones", ha añadido.
REVENTA ENTRE PARTICULARES, SÍ
En su petición a Cultura, la asociación también solicita que la legislación permita expresamente la reventa entre particulares en los casos en que no exista ánimo de lucro, de manera que si un usuario adquiere una entrada y por determinadas circunstancias no puede asistir al evento, pueda venderla a otra persona al mismo precio al que la adquirió.
En su informe, Facua también pone de manifiesto que "la inmensa mayoría de normas en materia de espectáculos ha quedado obsoleta", ya que no contempla el fenómeno de la reventa online y las plataformas que se lucran con estas prácticas, ya sea revendiendo entradas o actuando como intermediarios a cambio de una comisión.