Bilbao - El catedrático Gerardo del Cerro, que desarrolla su labor docente e investigadora en EEUU, ha sido nombrado Fullbright Specialist como reconocimiento a una trayectoria profesional que en varias ocasiones ha estado ligada a Euskadi. Del Cerro, urbanista, sociólogo y economista afincado en Nueva York desde 1992, está reconocido internacionalmente por sus innovadoras contribuciones al estudio del urbanismo global, el impacto de la ciencia y la tecnología en los sistemas productivos y el papel de la arquitectura y los megaproyectos en el desarrollo urbano. Desde 2016 es consultor y asesor del Social and Economic Development Program de Naciones Unidas.
¿Su designación como Fullbright Specialist ampliará sus trabajos y colaboraciones académicas?
-Es un reconocimiento explícito a la trayectoria profesional del candidato y a su potencial para convertirse en Embajador Profesional de los Estados Unidos de América en aquellos países donde se requiera su competencia profesional. Los Especialistas Fulbright son llamados a liderar y colaborar en proyectos profesionales fuera de Estados Unidos, con aquellos países que forman parte del programa. Dado el prestigio internacional del nombre Fulbright, lo habitual es que los designados sean requeridos para diferentes colaboraciones y proyectos en un futuro, después de concluir el proyecto fuera de Estados Unidos en el que se les propone trabajar. Desde este punto de vista, este reconocimiento constituye un espaldarazo importante a la carrera profesional del designado.
¿Cuál es su proyecto fuera de Estados Unidos?
-Voy a ejercer como Fulbright Specialist en China, como asesor principal en el megaproyecto de planificación de la megalópolis en construcción denominada Jing Jin Ji que engloba a las ciudades de Pekín, Hebei y Tianjin. Esta región económica emergente tratará de rivalizar con las otras dos megalópolis chinas: el Pearl River Delta (en torno a Hong Kong y Shenzhen) y el Yangtze River Delta (en torno a Shanghai).
¿Cuándo está previsto que comience esta tarea de asesoramiento y en qué consistirá?
-El plan de trabajo no está aún completamente especificado y aún no he recibido toda la documentación relativa al proyecto. Hay tiempo porque no comenzaré a trabajar sobre el terreno hasta el próximo septiembre. Lo que espero es colaborar día a día tanto con las agencias del gobierno involucradas en la planificación regional de Jing Jin Ji como con el Comité Científico, en el que hay tanto expertos chinos como de fuera del país. Quiero centrarme en la evaluación de las políticas regionales ya implementadas y evaluar también los planes en curso para los próximos dos años. Un reto fundamental será estudiar sobre el terreno las interrelaciones regionales entre sostenibilidad y competitividad, un tema sobre el que se multiplican las preguntas de los especialistas.
En el urbanismo actual y dentro de la tendencia a crear megalópolis, ¿cuál cree que debe ser el eje central de atención: la protección del medio ambiente, la sostenibilidad, las comunicaciones, el bienestar del ciudadano...?
-No hay un mejor plan aplicable a todas las ciudades por igual, porque es muy importante tener en cuenta el contexto histórico y cultural de cada urbe en particular cuando queremos poner en práctica planes de mejora. Sí es cierto que hay retos comunes para todos, y entre ellos el más urgente es el de la sostenibilidad medioambiental, tan urgente como la sostenibilidad socio-económica en estos momentos. De todos modos, la planificación urbana es siempre contingente e incompleta. Los expertos se han de someter a menudo tanto a decisiones políticas que no tienen en cuenta criterios científicos como a los vaivenes del mercado. Las ciudades, y su futuro, no se pueden modelar, excepto en aquellos pocos países donde la economía y las decisiones se planifican de forma centralizada, como es, por cierto, el caso chino. No estoy sugiriendo que la planificación no tenga consecuencias beneficiosas, naturalmente. Solamente digo que los planes surgidos de la mesa del experto deben ser precedidos de un trabajo de campo riguroso que permita entender lo que Jane Jacobs llamaba “complejidad organizada”, que no se puede abordar como un problema convencional de jerarquías y orden visual o mecánico planificado exclusivamente por los líderes o por las élites.
¿Considera posible o aconsejable frenar la creciente concentración de población en grandes áreas urbanas en detrimento de zonas rurales, áreas de interior o países poco desarrollados?
-Vivimos en la era de las megaciudades y las megarregiones, que son los motores económicos globales. La evidencia sugiere que esta tendencia es inapelable y continuará en el futuro próximo, tanto en occidente como en otros países emergentes o en vías de desarrollo. El retorno a lo rural como eje de la vida no es posible para la mayoría de la población. Sí sería posible intentar imaginar otro tipo de ciudad que promueva las virtudes de lo urbano. Las ciudades tienen la capacidad de facilitar el crecimiento creativo y dinámico y a la vez reducir la destrucción de recursos.