Bilbao- ¿Qué revela la investigación ‘Experiencia de la detención policial en las Mujeres de la Comunidad Autónoma del País Vasco’?

-La principal conclusión es que la presencia de mujeres en las estadísticas policiales es minoritaria, suponen alrededor del 10,9%. No obstante, su presencia ha crecido los últimos años.

¿A qué obedece el incremento actos delictivos cometidos por mujeres?

-No es sencillo de responder porque hay un montón de factores que influyen aquí.

¿La crisis ha podido influir?

-No, esta tendencia es anterior. El incremento se puede deber a los cambios en los procesos de socialización de la mujer. Una de las hipótesis en su día sostenía que la mayor presencia de la mujer en el ámbito público iba a traer mayor criminalidad, pero no ha sido así porque las mujeres socializan más en el respeto por las normas, en el cuidado de los demás, lo cual influye en la toma de determinadas decisiones.

¿El factor género influye en el tipo de delito?

-Sí, en general las mujeres cometen delitos menos graves que los hombres y además no suelen emplear la violencia. La mayor parte de los delitos son hurtos. También nos ha llamado la atención que una de las principales causas por las que son detenidas las mujeres en la CAV es la violencia en el ámbito doméstico o maltrato en el ámbito familiar.

¿En serio?

-A nosotras también nos llamó la atención. Pero analizando detenidamente la cuestión hemos observado que en realidad no se trata de mujeres que agredan a otros miembros de la familia (abuelos, hijos, hermanas) sino que son casos en el ámbito de la pareja, casos en los que ambos miembros de la pareja se han pegado, en la mayoría de los casos, ella de manera defensiva. Sin embargo cuando llega la policía y ve que ambos han sufrido algún daño, terminan los dos en comisaría, generalmente él por violencia de género y ella imputada por violencia en el ámbito doméstico. Esta es una de las cuestiones que más nos ha llamado la atención porque no lo esperábamos.

Pues huele a defensa propia más que a violencia gratuita.

-Lo que nos preocupa sobre todo es cómo se está gestionando todo esto de la violencia de género en las comisarías y si la manera de gestionar estos conflictos en los que ambos miembros de la pareja han llegado a la agresión es la correcta. Porque efectivamente, la duda es cuántos de estos casos de mujeres mujeres acusadas de violencia en el ámbito doméstico esconden realmente víctimas de violencia de género. Por tanto, creo que hay que prestar atención para ver si nos estamos encontrando con esa doble victimización.

El estudio ha detectado “diferencias de género” en las comisaría, ¿cómo influye en la experiencia de las detenidas?

-Es cierto que la policía es una profesión muy masculinizada, tanto por la presencia mayoritaria de hombres como por una cultura policial muy masculinizada, con una idea de la masculinidad muy tradicional. A través de los testimonios de las detenidas y profesionales que hemos entrevistado hemos detectado que afecta a la vulnerabilidad de las mujeres... Viven el miedo, el estigma, la vergüenza con una intensidad característica.

¿Cómo?

-A veces nos han relatado que ese estilo masculino, en ocasiones burdo, no voy a decir bruto, les afecta de manera especial en el trato, así como la vivencia del cuerpo.

¿En qué sentido?

-Por ejemplo en cuanto a la higiene, la ropa, las compresas, tampones... En los cacheos siempre son mujeres policías las que lo hacen, pero en estas cuestiones no siempre se cumple.

¿Qué proponéis para evitar esa sensación de vulnerabilidad de las mujeres en comisaría?

-La Ertzaintza y el resto de las policías locales ya saben que tienen que cumplir el objetivo de incorporar a más agentes mujeres en sus cuerpos. Lo que les queremos transmitir, y ya han recogido, es que es importante que las personas que forman parte del proceso de detención así como en todos los ámbitos del sistema procesal tengan una formación con perspectiva de género que les ayude a identificar cómo las desigualdades que aún perviven en la sociedad pueden afectar de manera particular a las mujeres.

¿Hacia dónde queréis llevar ahora vuestra próxima investigación?

-Todavía estamos cerrando este tema, pero en un futuro nos gustaría estudiar este fenómeno de las contradenuncias porque nos parece urgente investigar qué dinámicas se están dando en los casos de las mujeres imputadas por violencia en el ámbito doméstico tras haber llegado a las manos con su pareja. Muchos abogados nos dicen que los maridos o las parejas, por recomendación de sus propios letrados, interpongan una denuncia contra la mujer que le ha denunciado por violencia de género como estrategia de defensa. Nosotras lo que hemos hecho ahora es abrir el melón.