Tras las nevadas en la Comunidad Foral de Navarra del pasado día de Reyes y tras activar avisos de nivel naranja en la Ribera, Pirineo y comarcas cantábricas y rojo en el centro de Navarra, la Delegación de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Navarra ha recibido numerosas preguntas y sugerencias a través de medios de comunicación, redes sociales o de comunicaciones privadas. Por ello queremos expresar algunas ideas y reflexiones para aclarar algunos procedimientos y decisiones que tomamos.
Es evidente que los ciudadanos quieren conocer el tiempo y, especialmente en días como el pasado sábado, los efectos potencialmente adversos que puede causar en sus localidades de residencia, lugares de trabajo o desplazamientos, ya sean habituales o con motivo de un día festivo como es el caso. Paralelamente cada vez es más importante insistir en que un pronóstico meteorológico para un punto concreto es un pronóstico sujeto a un mayor margen de error. Por ello, en el caso de nuestras predicciones autonómicas o declaración de avisos, hablamos siempre de una determinada área geográfica suficientemente extensa, y a la que asociamos una probabilidad de ocurrencia de un determinado suceso meteorológico. En el caso de la emisión de avisos subrayamos además la severidad o adversidad del fenómeno cuantificando lo que se espera de una variable meteorológica en cuestión (por ejemplo, hay una probabilidad del 70% de que se registren rachas de viento superiores a 90 km/h). Es cierto que cada vez tendemos a hablar más de probabilidades, lo cual implica una toma de decisiones por parte del ciudadano pero no lo es menos que la meteorología es una ciencia inexacta, en virtud de la incertidumbre que caracteriza las soluciones de las ecuaciones en las que se basa así como de los métodos de resolución de las mismas. Consecuentemente toda predicción llevará asociada un margen de error, mayor cuanto más se quiera afinar en el tiempo y en el espacio y también mayor en la medida de la rareza del fenómeno adverso considerado, ya que precisamente debido a su baja probabilidad de ocurrencia ese fenómeno es más difícil de pronosticar. Cuando emitimos un aviso en cualquiera de las cuatro demarcaciones geográficas en las que tenemos dividida la Comunidad Foral (Vertiente Cantábrica, Centro de Navarra, Pirineo navarro y Ribera de Navarra) queremos indicar el grado o probabilidad de que un riesgo meteorológico pueda producir, directa o indirectamente, daños a las personas o daños materiales de consideración. La afección no tiene por qué limitarse a los principales núcleos de población sino que se centra en el posible impacto que un fenómeno meteorológico adverso pueda generar, por ejemplo en las principales vías de comunicación o, posiblemente en un futuro próximo, en un determinado acontecimiento que congregue a un número elevado de personas. Para ello Aemet ha definido el plan Meteoalerta, publicado en su página web, y que sigue la unificación de criterios que dicta la agrupación europea de Servicios Meteorológicos Nacionales Eumetnet a través del sistema de información Meteoalarm. Con ello se consigue una harmonización en la emisión de avisos de carácter meteorológico en toda Europa. Los avisos se indican con colores que reflejan la excepcionalidad del peligro y sus posibles consecuencias.
En Navarra y en el caso de la nieve, aparte de las poblaciones más grandes, siempre tenemos que vigilar especialmente los pasos más elevados de la Autovía de Leitzaran, la N-121-A a Irun a su paso por Belate y la Autovía del Pirineo en el alto de Loiti, puntos de considerable impacto. En cualquier caso la superación de los umbrales de aviso (por ejemplo 20 cm. acumulados de nieve en 24 horas es el umbral de aviso rojo por nevadas) no debe tratarse como predicciones categóricas ni tampoco se debe pensar en un único lugar de la zona de aviso sino que el objetivo es que la población tome conciencia de los riesgos que puede encontrarse y las autoridades de protección civil actúen en consecuencia. Como se ha visto una nevada capaz de acumular más 30 o 40 cm en 24 horas puede crear problemas considerables, ya sea en forma de largos atascos en carreteras o autopistas, accidentes de tráfico, cortes en el suministro eléctrico a poblaciones o caídas de ramas de árboles. Lanzamos nuestros avisos para advertir de la situación y también para que sirvan de primer eslabón de una larga cadena de actuaciones que estén orientadas a minimizar el impacto del fenómeno adverso. Somos conscientes de que queda un largo camino por recorrer y que es fundamental la coordinación con medios informativos, asociaciones de comunicadores de meteorología y por supuesto otros organismos y autoridades encargados de velar por la seguridad ciudadana. Al mismo tiempo puedo asegurar que trabajamos en ello a nivel estatal y autonómico. Valgan igualmente estas líneas para agradecer la participación ciudadana, principalmente a través de la opinión de los aficionados a la meteorología cuyo seguimiento de las situaciones nos aporta una valiosa información de retorno (y a los que animamos a asociarse como ha sucedido en otras Comunidades Autónomas del Estado). Esperamos poder organizar próximamente alguna jornada o encuentro donde obtener sugerencias de mejora del servicio público que aportamos a la sociedad.El autor es delegado territorial de Aemet en Nafarroa