donostia - La Ertzaintza solicitó ayer la colaboración de cualquier persona que presenciara, a última hora del jueves, el accidente mortal en el que perdieron la vida dos personas en Aretxabaleta. El objetivo es poder esclarecer cuanto antes las causas que provocaron que una motocicleta y un autobús chocaran frontalmente y que sus dos conductores perdieran la vida. Para poder avanzar en la investigación, el Departamento vasco de Seguridad insta a todo aquel que pueda facilitar algún detalle del siniestro a ponerse en contacto con la Sección de Atestados de la Unidad Territorial de Tráfico de Gipuzkoa en el teléfono 943539125.
Apenas doce horas después del brutal accidente, la comarca de Debagoiena amanecía conmocionada por la triste noticia. Faltaban algunos minutos para las 21.30 horas del jueves cuando J.M. y J.C.P. cruzaban fatídicamente sus caminos en la GI-627, en la entrada de la variante de Arrasate. No se trata, según explicó a este periódico el alcalde de Aretxabaleta, Unai Elkoro, de un punto negro en las carreteras de la zona. De hecho, el lugar en el que se produjo el impacto es una recta, donde la visibilidad no es mala, pero en los últimos seis años sí que se han producido varios accidentes graves, algunos incluso con víctimas mortales.
El más grave de ellos tuvo lugar en julio de 2011, en el punto kilométrico 32 de esta vía, muy cerca del lugar donde tuvieron lugar los hechos el jueves. En aquel siniestro fallecieron también dos hombres, también naturales de Eskoriatza y Arrasate, después de que los vehículos que conducían chocasen. Además, el 6 de enero de 2016, otros dos vehículos chocaron de frente, quedando los dos conductores atrapados por el impacto, quedando uno de ellos herido en estado grave. Finalmente, el pasado 12 de noviembre, otros dos vehículos también sufrieron un choque, tuviendo que ser uno de los conductores rescatado de su vehículo.
Así, es preciso conocer qué es lo que ocurrió para que los dos vehículos chocaran de manera frontal y de una forma tan violenta que provocó la muerte, prácticamente en el acto, de los dos implicados. Según pudo saber ayer este periódico, el primero de los fallecidos es J.M., de 44 años y bergarés de nacimiento, aunque llevaba varios años viviendo en Eskoriatza. Él era quien conducía el autobús interurbano siniestrado, aunque en el momento del accidente, no había ningún pasajero más en el vehículo. De hecho, J.M. estaba terminando su turno y se encontraba de camino a las cocheras de Arrasate cuando perdió la vida. Estaba casado y tenía una hija de corta edad y, al igual que la segunda persona involucrada en el accidente, era un gran amante de las motos y tenía una de gran cilindrada. Su funeral se celebrará el lunes.
Por otro lado, J.C.P. tenía 36 años y era natural de Extremadura, aunque llevaba varios años en Arrasate, donde había formado una familia. Al parecer estaba separado y venía de dejar a su hija en la casa materna cuando sufrió el accidente.
Las dos muertes, las primeras que se registran en las carreteras en lo que va de año en Gipuzkoa, han dejado una profunda tristeza en los municipios de la comarca, especialmente por la juventud de los implicados.
A esta desazón se sumó ayer también la Diputación de Gipuzkoa. Si el mismo jueves, minutos después de conocerse la noticia del accidente, el diputado general, Markel Olano, y el de Cultura, Denis Itxaso, mostraban en la red social Twitter sus condolencias por lo ocurrido, ayer fue el turno de la responsable de Movilidad, Marisol Garmendia. En un comunicado, la diputada expresó su “consternación” por este accidente y transmitió sus condolencias, además de su solidaridad, a las familias de ambas víctimas, a las que ofreció su ayuda “para lo que necesiten”.
concentración A estas condolencias se sumó también la empresa de transporte de viajeros Pesa, a quien el fallecimiento de J.M. cayó como un jarro de agua fría. De hecho, sus compañeros no dudaron ayer en colocar crespones negros en las lunas de los autobuses. Además, el comité de empresa de Pesa ha convocado una concentración para el lunes en Arrasate en protesta por lo ocurrido.
A este llamamiento se sumó también el sindicato LAB, quien lamentó que nos encontremos “ante el primer trabajador muerto en accidente laboral del año”. LAB explicó que los accidentes de tráfico de transportistas en el transcurso de su jornada laboral no se consideran en las estadísticas oficiales como accidentes laborales, por lo que la investigación de los hechos corresponde a la Ertzaintza y no al Instituto Vasco de Salud y Seguridad Laboral (Osalan).
“En consecuencia, no se realiza el preinforme correspondiente a accidentes laborales y no se toman las medidas preventivas necesarias”, denunció. Tras expresar sus condolencias y solidaridad con la familia del fallecido, esta central denunció que las “condiciones laborales son también precarias en el transporte”. “Los transportistas no tienen muchas veces una protección adecuada ante las enfermedades comunes y profesionales”, añadió LAB.