donostia - La consejera de Educación, Cristina Uriarte, está preocupada por algunas “actitudes anti-evaluación” que han surgido en parte de la escuela vasca tras la entrada en vigor de la Ley para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce). “Tengo que reconocer que me sorprende y me preocupa la evolución que está experimentando la percepción que en algunos sectores se está extendiendo en relación a las evaluaciones”, señaló Uriarte en la apertura en Donostia de las jornadas Evaluaciones a Gran Escala: el caso de PISA y otras evaluaciones de diagnóstico, organizadas por el Departamento de Educación y la Facultad de Educación, Filosofía y Antropología de la UPV/EHU.

En este sentido, la titular vasca de Educación señaló que de un tiempo a esta parte “una corriente anti-evaluación o al menos tremendamente crítica con ellas, ha ganado un cierto protagonismo entre nosotros”. Prueba de la oposición a las evaluaciones que la Lomce y el proyecto Heziberri incluyen a mitad y final de Primaria y ESO es el boicot a estos exámenes que ha habido a lo largo de los tres últimos años, fundamentalmente en Primaria.

El Departamento de Educación intentó dilatar en el tiempo la aplicación de las evaluaciones que introduce la ley Wert al margen de los exámenes ordinarios y dio libertad a las direcciones de los centros para su realización o no puesto que estas pruebas no tienen efecto alguno en el expediente académico del alumnado. Prácticamente el 100% de las ikastolas no se ha sometido a estas pruebas los últimos años en respuesta a las directrices de Ikastolen Elkartea. En 2015 el plante a las evaluaciones de 3º y 6º de Primaria fue masivo, únicamente las realizaron 13 centros de Kristau Eskola y uno de la red pública, según Hezkuntza Plataformen Topagunea.

En paralelo, el Gabinete Uriarte encargó al Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa (ISEI-IVEI) el diseño de las pruebas exigidas desde Madrid bajo criterios vascos, tal y como establece el Currículum Vasco. Pero ni aún así, la medida logró calar en la comunidad educativa. El año pasado fue la prueba de fuego de las evaluaciones piloto diseñadas por el ISEI-IVEI para 4º de ESO y 6º de Primaria. Y un 30% de los 90 centros convocados boicoteó su realización.

Entonces Uriarte denunció “múltiples presiones” y “acoso” en ciertos centros y ayer se mostró segura de que la intención de quienes han tomado esa postura pública “no es la de perjudicar a la escuela vasca, pero lo cierto es que esa postura tiene sus consecuencias negativas”.

Evaluación vs reválidas Además de por otros muchos factores, “la nueva ley ha sido muy perjudicial también para la visión que se tenía de las evaluaciones de diagnóstico, y en general para el conjunto de las evaluaciones” advirtió Uriarte, en referencia a la confusión que se ha creado entre el concepto de la evaluación y las reválidas que planteaba inicialmente la Lomce.

“Ha habido ocasiones en las que se han venido mezclando conceptos similares pero a la vez tan alejados entre sí como son una evaluación diagnóstica y una reválida”, señaló la consejera quien criticó que durante meses se ha reflejado el término “evaluación diagnóstica” como sinónimo de “reválida”, o viceversa. “Ahora, por suerte, y espero que de manera definitiva, las reválidas que inicialmente recogía la Lomce, están metidas en el cajón” dijo. Y así mostró su confianza en que “seamos capaces de recuperar el camino”.

No en vano, para Uriarte las evaluaciones juegan “ un papel primordial” para el sistema educativo, en especial para la implantación de los planes de mejora o para adoptar las medidas que redunden en la mejora de resultados y la innovación. “Evaluar y ser evaluados es uno de los elementos fundamentales ante cualquier deseo de mejora”, sostuvo. Uriarte incidió en que los diferentes tipos de evaluaciones, “sean externas o internas, definidas en Euskadi en base a nuestra realidad o confeccionada y dirigida por organismos internacionales, todas ellas tienen un valor” y son “complementarias” y transmiten datos valiosos para la mejora.