Bilbao - No será el único emplazamiento a nivel europeo, pero sí uno de los puntos estratégicos donde se trabajará para redibujar todo aquello cuanto rodea al sector de la alimentación: desde la propia comida hasta los cacharros y electrodomésticos caseros, las dietas... El Consorcio EIT [European Institute of Innovation and Technology] busca incidir e innovar en el conjunto de la cadena alimentaria con los objetivos generales de generar productos más saludables, reducir el impacto ecológico de la producción e impulsar el empleo en el sector.
Y lo hará en parte desde Euskadi, donde quedará alojada una de las sedes del nodo sur del citado consorcio formado por empresas, universidades y centros de investigación. En concreto, este punto de apoyo para contribuir a la redefinición del futuro de la alimentación tendrá apellidos vascos, españoles, italianos e israelíes. Todos ellos, presentes en la cadena de valor alimentaria. Ahí están, por ejemplo, la empresa Angulas Aguinaga -con presencia en más de una veintena de mercados de todo el planeta- y el centro tecnológico Azti, especializado en investigación alimentaria y marina.
Ambas firmas compartirán estrategias y esfuerzos, entre otras, con Acesur, Grupo AN, la Universidad Autónoma de Madrid, el CSIC, la Universidad de Turín y tres socios israelíes: Algatechnologies, Grupo Strauss y Technion. “A través de la red de colaboradores establecida, el nodo tiene acceso directo a más de mil doscientas pequeñas y medianas empresas del sector”, ilustraban ayer desde Azti-Tecnalia.
La elección de la Comunidad Autónoma Vasca como una de las sedes del nodo sur del EIT Food permite posicionar a Euskadi como un territorio de referencia en el ámbito de la industria agroalimentaria europea. El EIT Food está formado por cincuenta empresas, universidades y centros de investigación. Durante siete años, los socios invertirán unos 1.200 millones de euros a los que se sumarán otros 400 financiados por el Consorcio.
“Bajo el nombre de EIT Food CLC South, la empresa presidida por Azti durante los dos primeros años, se desarrollarán las actividades de emprendimiento e innovación del nodo en España, Israel e Italia”, detallaban sus socios que asumen como prioridad “reconstruir un sistema de alimentación saludable y sostenible tanto para Europa como más allá de sus fronteras”. En definitiva, y con los consumidores como agentes de cambio, los socios del EIT se comprometen a transformar conjuntamente la forma actual de producción, distribución y consumo de alimentos.
Valor añadido La actividad de los socios del nodo Sur se centrará en “la producción de alimentos y servicios de valor añadido adaptados a los diferentes estilos de vida y estará enfocado a proporcionar a los consumidores el placer de elegir alimentos saludables de elevada calidad gastronómica” con la llamada dieta mediterránea siempre presente. Con sede central en Bélgica, el EIT se ramifica en cinco nodos geográficos “para estimular la innovación, el desarrollo de talento y la participación de los consumidores”. Los otros nodos están radicados en Lovaina (con socios en Bélgica, Francia y Suiza); Munich (con socios en Alemania y Países Bajos); Reading (con socios en Reino Unido, Islandia e Irlanda); Varsovia (con socios en Polonia y Finlandia). Asimismo, el EIT Food mantiene contactos y colabora con asociaciones, clusters y organizaciones sectoriales en otros países europeos como República Checa, Hungría, Lituania y Eslovenia.
El futuro de los alimentos es una de las prioridades para la Comisión Europea y también para el Gobierno vasco ya que la alimentación ha sido seleccionada como “uno de los territorios de oportunidad” con el desarrollo del Plan Estratégico de la Gastronomía y la Alimentación de Euskadi. “Nos encontramos ante un nicho de oportunidad que además de responder a las necesidades sociales, podrá ser un ámbito generador de actividad económica y empleo”.
290
El consorcio pretende crear 350 startups durante los próximos siete años, formar a 10.000 estudiantes y profesionales, y desarrollar 290 productos y servicios nuevos o mejorados para 2024.
40%
El reto consistirá en reducir las emisiones del sector alimentario en un 40% para el año 2030.