vitoria - La actividad municipal se halla inmersa dentro del letargo veraniego que imponen las vacaciones de agosto, y con la vista puesta en el inicio de un nuevo curso que ha de resolver y despejar numerosas incógnitas que afectarán al día a día de la ciudad en el próximo ejercicio. Con el inicio de este mes decayó la actividad en los despachos de los seis grupos municipales y los 27 concejales de la Corporación. Este tiempo de descanso tiene que servir para afrontar con energías y estrategias renovadas un retorno en el que cuestiones como el debate de ordenanzas fiscales, la polémica en torno a la aplicación de las bonificaciones en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) o el inicio del camino para dotar de presupuesto a Vitoria en 2018, adquieren una vital importancia.

No son estos temas las únicas cuestiones destacadas en la agenda del equipo de gobierno. El final del curso político, que marcan cada año las fiestas de La Blanca, puso también sobre la mesa otros asuntos conocidos y manidos, como el del conflicto con las firmas encargadas de la limpieza de la ciudad, FCC y GMSM, las reivindicaciones laborales de los funcionarios municipales o los conductores de Tuvisa, que se sumaron a la lista de trabajadores que demandan mejoras en sus condiciones laborales con la inquietante sombra de las movilizaciones cuando Vitoria recupere su pulso. Antes de este obligado parón logró resolver el ejecutivo de Urtaran la situación del colectivo de monitores de actividades deportivas y socorristas, no sin antes asistir al cierre durante cuatro jornadas del mes de julio, entre el 23 y el 27, de instalaciones referentes en pleno verano como las piscinas de Mendizorrotza y Gamarra, entre otras.

El primer asunto que va a aparecer sobre la mesa es el del debate de los nuevos impuestos y precios de tasas que van a regir en Vitoria durante 2018. Por vez primera en la historia de la ciudad, el equipo de gobierno, PNV-PSE, adelantó el debate de las ordenanzas fiscales al verano para presentarse con los deberes hechos en la recta final del año. La intención de Gorka Urtaran era llegar al cierre de este ejercicio con una estimación de los ingresos disponibles antes de acometer la confección y negociación de las grandes cuentas municipales para el año próximo. No se plasmó la intención inicial de disfrutar de las fiestas de Gasteiz con el calendario aprobado y todo se va a dejar para tres apasionantes semanas de septiembre. La celebración de la romería de Olarizu, el lunes 11, pondrá punto final al verano gasteiztarra y supondrá la vuelta a la normalidad en el seno de la primera institución municipal. En los 18 días que transcurrirán hasta el Pleno del 29 de septiembre, deben lograr las formaciones un acuerdo en esas ordenanzas fiscales. Serán las semanas que permitan aclarar y desvelar si se confirma el inicio del deshielo en las relaciones entre Gorka Urtaran y la portavoz del PP, Leticia Comerón, como principal partido de la oposición y grupo más numeroso del Ayuntamiento, con nueve concejales.

En el pasado debate sobre Política Municipal, del 30 de junio, los populares trasladaron al regidor un documento base para construir un acuerdo en el que ya avanzaron, entre otras, su predisposición a alcanzar consensos en cuestiones como la renovación de las cocheras de Tuvisa. Este primer intento fue desechado por Urtaran al concretar que aceptar esos planteamientos populares la recaudación municipal “se reduciría en 30 millones de euros”. A pesar del inicial distanciamiento en las posturas, ambos portavoces mantuvieron un encuentro y se citaron para seguir hablando con la reanudación del curso.

La resolución de este frente puede ser una clave que ofrezca pistas respecto al posicionamiento entre los actores implicados y la negociación del Presupuesto 2018. Los puentes entre PNV y EH Bildu para acordar sobre esta cuestión se han ido dinamitando con el avance de la legislatura. De la ilusión inicial con el cambio en la Alcaldía, tras la llegada de Urtaran, se ha pasado a las posiciones encontradas entre jeltzales y abertzales en esa cuestión. Para las cuentas en vigor de este ejercicio la formación encabezada por Miren Larrion planteó su total rechazo al presentar una enmienda a la totalidad y no presentar alegaciones parciales. El argumento de los soberanistas fue aludir a los “incumplimientos” del equipo de gobierno a la hora de ejecutar las partidas introducidas en el año 2016.

la sombra del iae Inmersos en cuestiones de dinero, el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) aparece en el horizonte como otra de las nubes que amenazan con enturbiar el horizonte. Su presencia en las ordenanzas fiscales se ha evaporado y esta cuestión no figura en el extenso borrador presentado. Aludió la responsable municipal de Hacienda, Itziar Gonzalo, al motivo de su exclusión debido a que la mera presencia del IAE sobre la mesa “intoxica” en debate entre las formaciones políticas y lo lleva a “posiciones extremas”. En el origen de la polémica se sitúa el cobro del impuesto íntegro, por vez primera en este ejercicio, a las 840 actividades que facturan entre uno y dos millones de euros y la negativa municipal a aplicar bonificaciones. Los encontronazos y cruces de opiniones han sido múltiples entre los diferentes grupos municipales en esta cuestión. A las disputas políticas se ha sumado también SEA Empresarios Alaveses, partidario de aplicar esas bonificaciones según su interpretación de la Norma Foral.

La situación entre el Ayuntamiento y la patronal se encuentra en una tensa espera hasta el próximo 7 de octubre. A partir de esa fecha tiene las manos libres el colectivo empresarial para acudir a los tribunales e interponer un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco para la aplicación de las citadas bonificaciones. El pasado 7 de julio hizo llegar al Consistorio un requerimiento en el que instaba a esa actuación, aunque el movimiento de los empresarios fue una actuación estratégica y rutinaria para cumplir con el requisito previo antes de acudir a la Justicia transcurridos esos 90 días de plazo.