El mundo pide un cambio. Lo está pidiendo a gritos, pero parece que las viejas costumbres y hábitos de quienes hoy en día manejan los hilos no son las adecuadas para encauzar la sociedad y solventar las dificultades a las que se enfrenta. Hace dos días se ponía el foco sobre los Millennials, una generación criada en tiempos de bonanza económica y que se resiste a dar el salto a la etapa adulta, pero ya hay quien pone todas sus expectativas en la Generación Z, un corte poblacional llamado a liderar un cambio, supuestamente, a mejor.
La Generación Z es el grupo demográfico de los nacidos entre 1995 y 2010 y, a diferencia de la generación anterior, los Millennials, que tuvieron que digitalizarse, estos son nativos digitales. “Viven más on-line que off-line, se socializan a través de Internet y utilizan, desde edades muy tempranas, las plataformas on-line en su proceso de aprendizaje”, matiza Jesús Riaño, director de Empleo y Alumni en la Universidad de Deusto. La curiosidad de Riaño le ha empujado a observar, analizar y reflexionar sobre este colectivo. La primera característica que salta a la vista es que la Generación Z viene marcada a fuego por la tecnología. Pueden acceder a cualquier información al momento. “Su mundo gira en torno a un clic, acceden a la información de forma rápida y con la misma velocidad la desechan”, afirma Riaño.
Actualmente se estima que esta franja de edad supone el 32% de la población mundial. Su presencia en cada país varía según las características demográficas de los mismos. En Estados Unidos son el 24% de la población, unos 80 millones de personas, mientras que en España son el 17% y el 14% en Euskadi. Se trata de niños y adolescentes, pero hay dos motivos por los que se les ha querido identificar desde tan temprano: “Porque las empresas quieren llegar a ellos y porque van a ser la fuerza laboral más importante del mundo”.
La Generación Z, a diferencia de sus predecesores, prefiere crear a compartir contenidos. “Construyen sus propias marcas personales”, explica Jesús Riaño, “optan por la personalización de sus productos y prendas. Muchas empresas llevan ya tiempo estudiando el comportamiento y los hábitos de esta nueva oleada de consumidores, que no se conforma con ser sujeto pasivo de las marcas”. De hecho, marcas como Starbucks, con la elaboración de recetas personalizadas, o Nike y Converse, que permiten diseñar las zapatillas a los clientes, ya están lanzando campañas donde el consumidor es parte del proceso de construcción del producto. “Y no se trata solo de personalizar, sino de participar en la creación”, recalca Riaño, “ellos todavía no tienen poder adquisitivo, pero sí están influenciando en sus familias”.
características Los chicos y chicas de la Generación Z han sido educados en plena crisis económica. Están más acostumbrados a la diversidad racial, han vivido con una menor brecha de género en la educación y han crecido en tiempos de incertidumbre y de cambio climático. Jesús Riaño destaca que “son más globales, más realistas y son testigos directos de la llegada del tsunami digital”.
El significado del término propiedad cambia totalmente para estos jóvenes. “Lo importante es disponer en lugar de poseer”, dice Jesús Riaño. Esta generación ha aprendido a consumir en iniciativas nacidas en el marco de la economía colaborativa. “El consumo colaborativo no es más que la gente se está encontrando on-line para hacer cosas off-line”, aclara Riaño, “mientras se pueda acceder cuando lo necesitemos, estaremos satisfechos. De ahí que los smartphones o tablets se hayan convertido en el nuevo icono de libertad en sustitución del coche. Para esta generación, el teléfono o la tablet es el icono de la libertad. Es lo que les va a permitir acceder a las aplicaciones para coger una habitación, por ejemplo. Es más importante la edad a la que consigues tu primer teléfono que la edad a la que obtienes el carné de conducir”.
Esto es algo que ya han detectado los fabricantes de automóviles y han puesto en marcha su maquinaria de marketing y publicidad para abrir ese mercado. Jesús Riaño esa falta de interés por tener coche la extrapola a otras áreas de consumo: “No tienen interés en tener coche propio. Si necesitan moverse, utilizarán cualquier medio a su alcance para lograr su objetivo. No es necesario poseer aquella canción que solo escucharás cuatro o cinco veces. Por eso estamos observando el crecimiento exponencial de empresas como Airbnb, Spotify, Alibaba o BlaBlaCar”.
Convertir Internet en su hábitat natural da lugar a otra consecuencia. “También tienen un sentido muy diferente de lo que es exponerse públicamente”, advierte Jesús Riaño, “nosotros hablamos de la ley de protección de datos, pero esta generación está poniendo sus datos cada día en un montón de aplicaciones. Están expuestos públicamente y hay que tener cuidado. Hay que educarles en eso”.
Por si usted no termina de sentirse muy diferente a esta Generación Z, piense que hay cosas a las que usted ha tenido que acostumbrarse o esperar muchos años para que pudiesen ocurrir, mientras que ellos las han asimilado como algo natural. Por ejemplo, han nacido con un presidente negro en Estados Unidos o el hecho de que un niño puede tener dos padres o dos madres.
el mercado laboral Jesús Riaño estima que para estos jóvenes, a la hora de buscar un trabajo, lo prioritario será la formación y el desarrollo profesional, así como la flexibilidad horaria, por encima de incentivos económicos. “Buscan incorporarse a organizaciones cuya responsabilidad social corporativa sea coherente con sus valores”, detalla, “quieren trabajar en organizaciones que cultiven la creatividad y tienen en cuenta el carácter innovador de la empresa a la hora de decidirse a trabajar en ella”.
Estos jóvenes protagonizarán el relevo generacional en las empresas e instituciones. Hay que tener en cuenta que gran parte de los empleos que se generarán en los próximos años en Euskadi será por jubilaciones. Riaño es optimista respecto al paro juvenil con el que tendrán que lidiar los integrantes de está generación debido a los números que rodean al sector del Internet de las cosas: “Esta tecnología en 2014 ocupaba a 300.000 profesionales especializados y necesitará multiplicar por quince su fuerza laboral para el año 2020. El Big Data es una tecnología que en 2015 ya generó un negocio global de más de 115.000 millones de euros y los próximos años seguirá creciendo. El negocio de la robótica moverá en 2020 un volumen global de 75.000 millones de euros”. Será un escenario ideal para que se desarrolle el talento de la Generación Z. El cambio está en sus manos.