donostia - “Las mujeres muertas por violencia machista no son un problema de Estado. Sin duda, esta situación cambiaría por completo si las víctimas fueran futbolistas”, reflexiona en voz alta Pepa Bojó, responsable junto a María Ángeles Álvarez del área de Igualdad y Género en el Colegio Oficial de Psicólogos de Gipuzkoa.
Las agresiones sexuales vuelven a marcar el comienzo del verano...
-Es indignante. Tiendes a creer que el trabajo que se va haciendo y las campañas van calando, y que algún día dejarán de pasar estas cosas, pero la realidad nos sitúa en otro escenario. Es muy indignante, y al mismo tiempo no me sorprende porque hay muchas cosas que no se están haciendo bien. Vivimos una igualdad más formal que real, y estas agresiones nos lo demuestran...
No lo malinterprete, pero ¿cuántas veces se ha dicho lo mismo? ¿Es una lacra con la que definitivamente hay que aprender a convivir?
-¡Para nada! Yo me niego en redondo. Estamos hablando de la forma de concebir el cuerpo de la mujer como un objeto de uso y disfrute. Es una concepción ancestral, por lo que no es fácil de cambiar. Hace falta un mayor compromiso para superar la cosificación femenina actual.
¿Y ahora mismo cuál es el principal error que se está cometiendo?
-Con la gente joven y adolescente sigue haciendo falta un trabajo de revisión de los roles. Hace falta una educación afectiva y sexual de manera sistemática. Además, los mensajes en las redes sociales y los medios de comunicación, que son el espejo donde la gente joven se mira, siguen siendo machistas.
Es algo que se ha denunciado en infinidad de ocasiones. ¿No hay interés en cambiar el actual modelo?
-Sé que se ha dicho en infinidad de ocasiones, pero no hay más que ver la televisión, donde se muestran unas relaciones de poder en las que las chicas siguen siendo un mero objeto. Me refiero al modo en el que se les habla, el tipo de relaciones... Aunque hagamos cursos teóricos, aquí lo que valen son los actos. La educación afectivo-sexual sigue siendo algo opcional en los colegios, queda en manos de la voluntad de los centros educativos, y vemos que hace falta un mayor esfuerzo de formación. Los medios de comunicación también deberían hacer una revisión de los mensajes que están transmitiendo.
¿En qué sentido?
-Los anuncios publicitarios en las series de televisión tienen que ver con violencia de género, así como los chistes machistas. ¿Por qué no se cambia todo ello? Sigue sin haber una apuesta por una igualdad real, y estamos hablando de decisiones políticas. Hace falta un pacto de Estado y un compromiso real ante las agresiones sexuales. Incluso iría más allá. A día de hoy podemos decir que las mujeres muertas por violencia machista no son un problema de Estado, algo que cambiaría si las víctimas fuesen futbolistas.