IRUÑEA. La prisión la ha impuesto el juez a instancias de la acusación particular, mientras que el fiscal y la defensa han abogado por la libertad provisional del acusado, que ha negado los hechos, según el auto que recoge que los indicios de criminalidad contra él son "contundentes". El juicio se celebrará el próximo 21 de julio.
El juez aprecia indicios de criminalidad "contundentes" y en ese sentido cita la detallada versión de la denunciante, que explicó que se encontraba disfrutando de las fiestas en compañía de varias personas en un céntrico establecimiento de hostelería cuando el acusado, que estaba bailando a su lado, comenzó a "toquetearle violentamente los pechos, las nalgas e incluso su zona genital".
Pese a que ella y alguno de sus acompañantes le recriminaron su actitud, los reproches "no hicieron mella alguna en el detenido", que siguió con su "lascivos tocamientos", ante lo que la mujer "para defenderse y que cesara la agresión le agarró donde pudo en la zona de la entrepierna".
Eso llevó al detenido a "reírse a carcajadas" y continuar con "su manoseo" y, ante la defensa de la mujer, "le propinó un fuerte golpe en el lado izquierdo de la cara que hizo que cayera al suelo y perdiera momentáneamente el conocimiento".
En el momento que sus acompañantes acudieron a auxiliarle, el agresor aprovechó para apartarse del lugar, siendo seguido por uno de los acompañantes de la víctima, que indicó a la policía dónde se encontraba, lo que permitió su detención.
El informe forense, añade el fallo, evidencia las lesiones sufridas por la víctima, totalmente compatibles con su relato.
Por su parte, el detenido ha negado los hechos, manifestando que "estaba bailando" y "haciendo el indio" al lado de la mujer, pero "sin tocarla en ningún momento, y que de repente ésta, sin motivo alguno, le dio un golpe en los genitales y cuatro bofetadas, limitándose él a defenderse dándole una bofetada, cayendo la mujer al suelo, aunque después también ha dicho que le dio un empujón y luego una bofetada porque la mujer le seguía pegando".
Su declaración es considerada por el instructor como "claramente falsa y realizada en el ejercicio del derecho del detenido a defenderse". Añade que carece de sentido lo que cuenta, ya que es un joven de una "extraordinaria corpulencia", que ha reconocido ser jugador de rugby, que "difícilmente va a ser agredido por una mujer sin ningún motivo, salvo que no le quede más remedio que defenderse".