madrid - Los restos de cigarrillos constituyen la principal fuente de basura mundial, por delante de los envases de alimentos, botellas y bolsas de plástico: 4,5 trillones de colillas son arrojadas cada año a las calles, ríos, bosques y en el mar con una “gravísima” repercusión en el medio ambiente.

Esta es una de las principales conclusiones del artículo de revisión Contaminación ambiental por colillas de tabaco. El tabaco de cuarta mano, presentado ayer por el doctor José Ignacio de Granda, coordinador del área de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente.

Este neumólogo explicó que en 2016, casi 800.000 voluntarios de un centenar de países (incluido España), reclutados por la ONG Ocean Conservancy, peinaron más de 40.000 kilómetros de costa y recogieron más de 8 millones de kilos de basura. Fueron las colillas las que ocuparon el primer puesto (2,1 millones), más del doble que las botellas de plástico (más de 1 millón).

En los últimos 50 años, prácticamente el 100% de los cigarrillos llevan un filtro de acetato de celulosa, un componente fotodegradable pero no biodegradable, ha señalado el doctor De Granda, quien ha advertido de que las colillas pueden tardar entre 8 y 12 años en descomponerse totalmente.

Éstas acumulan parte de los componentes del tabaco, incluidas las sustancias químicas más nocivas que se liberan en contacto con el agua. Por tanto, cuando llegan a los ríos e, incluso, al mar, desprenden dichas sustancias, lo que supone una grave amenaza para la biodiversidad.

“Al final esta contaminación va a llegar a nuestra cadena alimentaria”, advirtió el neumólogo.

Las medidas que proponen desde la Separ para reducir ese impacto pasan por colocar etiquetas en las cajetillas que indiquen a los consumidores la necesidad de no arrojar las colillas al suelo; establecer un depósito para reciclarlas o hacer a las colillas retornables; añadir una tasa de basura al consumo o multas por echar colillas al suelo, como ha establecido el Ayuntamiento de París.

Aunque los neumólogos se han puesto en contacto con diferentes ONG medioambientales, “de momento no hay ninguna a la que le interese el tema”, ha asegurado la presidenta de Separ, Inmaculada Alfageme.

armonía con la naturaleza Estrechar la conexión entre el hombre y la naturaleza es el reto del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebró ayer con la convicción de que la prosperidad depende de la armonía entre ambos.

La Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) invitó a reflexionar sobre la importancia de ser más conscientes del impacto ambiental en cada una de las decisiones que tomamos cada día y reta a avanzar hacia una transformación urgente de los valores y hábitos de consumo.

Los partidos políticos se reclamaron una nueva relación entre hombre y naturaleza, y así el PP señaló que “cuidar nuestro planeta es tarea de todos”, mientras que el PSOE demandó “tecnologías más limpias, gestión de residuos y un uso más racional de los recursos naturales”.

Todas las organizaciones ecologistas resaltaron la importancia de la protección medioambiental y desde Greenpeace recordó al Gobierno español que uno de los mayores retos es el cambio climático y le ha urgido a “liderar la revolución renovable y situarse junto a los líderes mundiales para cumplir los objetivos de París”. - Efe

No frena la celebración. La ONU se pronunció ayer en contra la decisión de Donald Trump de abandonar el acuerdo de cambio climático asegurando que esta “no puede empañar ni frenar la celebración en todo el mundo”.

Un desastre. El arzobispo argentino Marcelo Sánchez, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias del Vaticano calificó la salida como “un desastre”.