Bilbao- Rodríguez Sendín es un médico rural de Toledo que ha estado dos mandatos al frente del sancta sanctorum de todos los médicos del Estado y que ha hablado alto y claro del deterioro de sus condiciones de trabajo. Recién abandonado el puesto, no tira la toalla reivindicativa.

¿Cuál es la espinita que se le queda clavada después de sus ocho años al frente de la OMC?

-Realmente he estado 15 años, ocho como presidente y otros siete como secretario general. Y es imposible dejar todo resuelto. Tenemos sobre la mesa un montón de problemas económicos, pero también tenemos pendiente el desarrollo de los cuidados paliativos. Hay otra cuestión que he intentado y no he conseguido, que es introducir un baremo de daños para las negligencias y los accidentes sanitarios. Eso evitaría la judicialización de muchos conflictos y ejercer tanta medicina defensiva. Pero cuando consigues mejorar un problema surge otro como regular los vientres de alquiler.

¿Son partidarios de legislar sobre la gestación subrogada?

-No somos partidarios y desde nuestro punto de vista sería un error muy grave. En una asamblea reciente, los médicos debatimos este asunto y consideramos que no es oportuno porque no identificamos ningún caso donde no exista un interés lucrativo. Por mucho que se insista, la maternidad es independiente del origen del óvulo fecundado, conlleva una íntima relación con el hijo, y retirar a esa madre el hijo simplemente por dinero es una cosificación de la mujer que es imposible aceptar.

¿Qué hacemos con las parejas que ya tienen hijos con esta fórmula?

-A esos niños lógicamente habrá que registrarlos, pero eso no es razón para admitir algo que es una barbaridad. Si, por otra parte, tenemos en cuenta que en algunas partes del mundo existen granjas de mujeres para embarazarlas y por dinero dar hijos a aquellos que no los pueden conseguir de otra manera, pues nos parece un desastre.

Ustedes han sido muy beligerantes con las condiciones laborales de la profesión médica ¿Son peores que en 2009?

-Están mucho peor y además no vemos la solución. Los recortes que ha propiciado la crisis y el impedimento de reponer las plantillas que se van quedando pequeñas por las jubilaciones causa el empeoramiento. La falta de sustituciones está impidiendo también hacer una medicina correcta y genera situaciones extremas de precariedad donde se contrata a los médicos por horas. Han desaparecido 12.000 puestos de médicos y más de 30.000 enfermeros y eso solo produce mala medicina, peor asistencia e incrementa las listas de espera.

Ha afirmado que los recursos humanos del SNS se han deteriorado hasta niveles impensables siendo ya la mayor empresa de trabajo temporal.

-Exactamente es así. Es la mayor empresa que tenemos, pero es temporal. Con el último estudio que hemos realizado, hablamos que más del 40% de los trabajadores con empleo precario llegan a los 45/50 años sin tener un puesto de trabajo estable. Así que la afirmación no es nada exagerada. Si esto fuera para hacer tornillos, ya estaría mal pero es que encima va de curar a la gente. Las consecuencias son terribles.

¿Cree que la situación de los facultativos vascos es mejor?

-Los vascos tienen también problemas pero evidentemente no son tan llamativos como otras comunidades más pobres. Es sencillo. No se puede responder igual en un territorio donde se tiene un 60% más de renta per capita que en otro. Pero no estamos quejándonos de cómo están los que están bien, sino que estamos quejándonos de la desigualdad y de la falta de recursos. Lo que pedimos es que deben aclararse cuáles son los servicios que presta el SNS con carácter obligatorio para todos los españoles. Y cada comunidad debe tener un presupuesto finalista para gastar en sanidad independientemente de que sea rica o pobre.

¿Los pacientes están cada vez mejor informados?

-Estamos en un momento de máxima información y sobre todo formación, pero creo que eso de que los pacientes están mejor informados es solo aparentemente. Yo más bien creo que son engañados con más facilidad. Se les induce al consumo de medicamentos innecesarios, se les anima al uso de prácticas supuestamente curativas, que son falsas. Estamos llenos de sectas y de lugares de sanación que son francamente una tomadura de pelo.

Dice usted que la homeopatía es algo ilusorio y engañoso.

-Es muy malo que a la gente se le de gato por liebre en un producto de consumo, pero si encima hablamos de engaños que, además de costar dinero, cuesta la salud... Puede darse el caso de que alguno de ellos sea inocuo, como dar agua con azúcar, pero a veces eso retrasa el diagnóstico de un cáncer y se convierte en un auténtico peligro. Habría que ser mucho más duro en este tema. No se puede ser condescendiente con los engaños y con las falsedades y con abusar de la necesidad y la desesperación de muchos enfermos. Y habría que hacer una intervención más decidida no solo a la hora de prohibir sino también de castigar a los que se dedican a estas prácticas.

Pero a veces son los propios pacientes los que eligen libremente estas prácticas o los que presionan para que les hagan pruebas o les receten ciertos fármacos.

-A veces lo que se elige voluntariamente no significa que se elija libremente. Nos gustaría que los pacientes no fueran distraídos ni que se dejasen engañar por necesidades extrañas en relación al consumo de fármacos. Todo esto necesita un esfuerzo extraordinario por parte de la administración sanitaria para introducir una cultura positiva.

Usted llegó a decir que alguna gente abusaba de los servicios de salud y que debía pagar por ese mal uso.

-Se ha permitido que la gente haga un copago y no pasa nada. Un estudio dice que el 8% de los enfermos cardiópatas que necesitaban tratamiento lo han abandonado como consecuencia del copago y tampoco pasa nada. Sin embargo se generó una gran polémica porque hablé de pagar en aquellos casos donde haya un mal uso reiterado y consciente de los servicios públicos. Yo no digo que las pruebas que manda el médico sean motivo de copago. Estoy hablando de cuando no se acude a a una cita porque no apetece y ni siquiera se anula con el fin de que esa plaza la ocupe otra persona. No se puede ir a Urgencias por cuestiones absolutamente banales.

Hay muchas cosas que no se sabe que son banales.

-Algunas no, pero otras sí, y simplemente se va por conveniencia. ¿Ir a Urgencias hospitalarias por una gripe? Jamás he dicho que se deba implantar un copago por nada relacionado con pedir asistencia médica. Estoy hablando de usar mal los servicios. Y cuando no se recogen las pruebas que te han hecho o simplemente estás citado para una resonancia y no apareces... no se puede consentir. No se puede tolerar que la gente haga un uso despectivo de los servicios sanitarios públicos. No hablaba de introducir pagos sino de evitar malas prácticas.

¿Han crecido las malas prácticas?

-Eso depende de cada cual. Una persona responsable y educada no lo va a hacer nunca, pero luego hay otra gente... Hay que cuidar los intereses del servicio de salud. No se pueden plantear copagos ni por asistencia ni por medicamentos y luego no proteger al sistema frente a aquellos que lo utilizan mal.

¿Está la industria farmacéutica dictando precios abusivos para algunas terapias? ¿Son los nuevos fármacos sostenibles?

-Claro que son sostenibles. Lo que es indecente es que como consecuencia de una posición de privilegio, la industria farmacéutica ponga esos precios tan abusivos. ¿Cómo se puede justificar que en un país el Sovaldi para la hepatitis C valga 300 dólares, que es lo que debería costar con beneficios incluidos, y en otro país valga cien mil? Es un profundísimo disparate. Ese nivel de abuso es intolerable. Porque no es verdad que cueste tanto dinero descubrir, o fabricar esos medicamentos. No es cierto. Los beneficios deben ser los razonables. Y los responsables son los gobiernos que lo permiten.