Bilbao - Ayer presentó en la Asamblea General el nuevo Plan Estratégico 2017-2021. ¿Cuáles son los retos de Kristau Eskola (KE)?

-El reto es alinearnos con una sociedad cambiante, diferente a la de hace 20 años, una sociedad cada vez más diversa que nos exige situarnos de distinta manera ante el hecho religioso, valores, etc. Debemos ser una asociación proactiva pero estamos queriendo ser prospectiva, para lo que hemos realizado un estudio sociodemográfio.

¿Cuáles son sus conclusiones?

-La primera es que va a haber menos alumnos, un 30% menos en una década. Y la segunda es que somos una sociedad cada vez más plural con necesidades a las que tenemos que dar respuesta sin perder nuestra identidad.

La red concertada es noticia por la segregación del alumnado inmigrante en la pública. Es más, los sindicatos han deslizado la idea de que algunos centros tienen una matricula paralela para no acoger a alumnado extranjero y pobre. ¿Esta denuncia tiene fundamento?

-No tiene ningún fundamento, es una campaña orquestada con unos intereses concretos. Mire, en Vitoria se ha desarrollado un trabajo muy interesante sobre el tema de la inmigración y nos hemos sentado en torno a la misma mesa la pública y la concertada junto con otras asociaciones civiles en la que se han reconocido cosas, la concertada también.

¿Como qué?

-Que la mayoría del alumnado inmigrante está en la pública, pero en la mayoría de los colegios públicos no tienen un solo inmigrante. Decir que KE usa un sistema de matriculación paralelo para que no haya inmigrantes es mentira.

En cualquier caso es responsabilidad de la Administración que eso no pase.

-Sí, además creo que hay normativa suficiente para que eso no ocurra. Lo que tenemos claro es que nuestra identidad como KE no es segregacionista. Insisto, en el carnet de identidad de KE es aceptar a todo el mundo. Hay centros de KE que tienen un 90% de inmigrantes y cuando quiera lo podemos ir a ver. Es cierto que hay otros que no tienen, pero igual que en la pública, ¿eh?

¿Entonces por qué casi ocho de cada diez extranjeros están en la pública cuando el alumnado vasco se reparte al 50% en las dos redes?

-Porque en la financiación no hay equidad, sencillamente por eso. Los centros concertados reciben una media del 80% del coste por alumno a través de los conciertos y el 20% restante los centros tienen que cubrirlo de alguna manera. Los centros recurren a las cuotas porque la gratuidad de la enseñanza obligatoria no es real. El Gobierno dice que la ley establece que la enseñanza debe ser gratuita. Yo digo que los conciertos no posibilitan que esa enseñanza pueda ser gratuita.

¿Y en qué quedan las palabras de la consejera Uriarte que este lunes dijo que las cuotas son voluntarias?

-Son voluntarias porque hay una concienciación de los padres de que no llega el dinero y participan en la financiación de las extraescolares, etc. Pero la Administración sabe muy bien por qué hay cuotas, nosotros les hemos presentado un estudio de lo que le cuesta la concertada, en la que estudia el 49% del alumnado. ¡Oiga, que estamos en un 70% del dinero a la pública y un 30% a la concertada! ¿Por qué no queremos mirar eso?

¿La Ley Vasca de Educación abre el camino para poner sobre la mesa el tema de la financiación?

-Será uno de los elementos. Es lógico que ante una nueva ley se debata sobre cómo se desarrollará la concertación. Pero el objetivo de KE no es pedir más financiación para quitársela a la pública. Nunca hemos hablado de eso y nos lo han echado en cara, cuando no es cierto.

¿Cómo se puede dar más a la concertada y no quitar a la pública?

-El Gobierno Vasco tiene capacidad para poner encima de la mesa más recursos, porque además los dos últimos informes del Consejo Escolar de Euskadi nos amparan al reconocer esa diferencia. No es algo etéreo.

Está hablando de elevar la inversión varios puntos sobre el PIB. Mire, ahí coincide con los sindicatos y demás agentes de la pública.

-Claro que sí. Además, KE nunca ha pedido que haya que dar la misma cantidad que a la pública.

Equiparación, no. ¿Qué piden?

-Estamos hablando de que en el nuevo modelo de financiación se pongan indicadores de eficiencia del dinero público que se gasta en ambas redes. ¿Hay que auditar? Auditen a todos por igual: ¿en qué se gasta?, ¿cómo se gasta?, ¿qué efectos tiene?

¿Pero de cuánto dinero de más estaríamos hablando y cuál sería su distribución justa para KE?

-Ahora no le podría decir, exactamente. Yo haría un estudio objetivo junto con el Consejo Escolar en base a los datos del Eustat para saber el coste real de un puesto escolar y a partir de ahí desarrollar un incremento escalonado de la financiación en función de la evolución del PIB. ¿Qué incremento? El año 2009 las ikastolas y nosotros hablábamos de un 25% más o menos. A 2017 ese número quizá no valga y haya actualizarlo. Con todos los controles, pero a todos.

La crisis hace que ese planteamiento tenga una ‘venta’ aún más difícil que en 2009. Hay una gran sensibilización social contra los recortes en la pública. La opinión pública no está por la labor de darle dinero público a entidades privadas, cooperativas, fundaciones ?

-Los políticos están al servicio de la ciudadanía y lo que está diciendo la ciudadanía del País Vasco, año tras año en las matriculaciones, es que la mitad quiere que sus hijos estudien en la pública y la mitad en la concertada. Otra cosa es que haya un sector que está vociferando por la pública.

Bueno, es legítimo.

-Yo creo que el termómetro debe ser el deseo de la ciudadanía y que si el Gobierno está a su servicio, lo lógico sería que pusiese los recursos necesarios para garantizar la libertad de elección de la ciudadanía, porque además le ampara la ley. Lo que pasa para entender ese clima de opinión al que alude es que, quizá, la concertada no salimos vociferando. Eso es así. ¿Cuál es el termómetro?, ¿la manifestación a favor de la pública o el deseo de la ciudadanía?

La pregunta del millón. ¿Apoyaría una Ley Vasca de Educación que no contemple un nuevo modelo de financiación?

-Yo creo que no, tiene que entrar todo. Creo que tenemos que hacer un gran esfuerzo todos y que tomemos conciencia de que el sistema educativo vasco es el resultado de la acción de todos y que todos nos necesitamos porque la mitad de la ciudadanía quiere tener una buena pública y otra mitad una buena concertada. Hay que dejar los partidismos fuera del debate y poner al alumno y las familias en el centro. Y para ello necesitamos tener los recursos necesarios, porque el padre que lleva a la concertada a su hijo paga los mismos impuestos que el que elige la pública. Porque un servicio público no lo define el sistema de gestión sino el bien hacia la ciudadanía que se desarrolla.

¿Han empezado los contactos?

-Nos han dicho que hay intención de abrir las negociaciones en mes y medio, dos meses. Todavía hay elementos de crispación que no sé hasta qué punto favorecerán el diálogo.

¿Cree que con la mar de fondo que hay se podrá alcanzar el Pacto Educativo Vasco del que nazca la ley?

-Quiero creer que sí, pero en estos momentos hay que cambiar actitudes o por lo menos tener actitudes de mayor cohesión. Desde la pública se está insistiendo mucho en ser el eje vertebrador del sistema y ese mensajes no hace ningún bien, porque todos tenemos algo que decir y todos aportamos. Va a ser un trabajo arduo, difícil, exigente, de mucho hablar ya que no se puede sacar una ley en la que el 51% del sistema gane y el 49% se quede fuera.