MADRID - Las cardiopatías congénitas, es decir, malformaciones del corazón producidas durante el desarrollo fetal, están consideradas el defecto congénito más común del mundo al afectar a 8 de cada 1.000 niños recién nacidos. El martes se celebra el Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas y por ello los especialistas buscan concienciar sobre una problemática que, si se diagnostica precozmente, el resultado de las intervenciones es más favorable.

En el Estado, cada año nacen en torno a 4.000 niños con cardiopatías congénitas, de los que más de un 85% -frente a únicamente un 20% en la década de los años 70-80- alcanza la edad adulta gracias a los avances logrados tanto en las técnicas de diagnóstico como en los tratamientos y cuidados postoperatorios, cada vez más precisos y menos agresivos.

Según el cardiólogo infantil José Miguel Galdeano, “se pueden intervenir con muchas garantías la mayoría de las cardiopatías a partir de los 2,5 kilos de peso. Por debajo de este peso aumenta la mortalidad”. - DNA