IRUÑEA. El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pamplona acoge ya, con gran afluencia de medios de comunicación, el juicio relacionado con la explotación de los personajes y creaciones del artista pamplonés, demandado por su antigua empresa Kukuxumusu a raíz de la constitución de su nueva marca comercial, Katuki Saguyaki.

Mikel Urmeneta, antes de entrar en la sala, ha declarado a los medios de comunicación que afronta la vista "con mucho ánimo y ganas de que todo acabe pronto y bien, es una vergüenza que a una empresa que has creado y a la que has cedido más de 15.000 dibujos llegue una persona que desconoce su filosofía y le dé patadas como a un juguete". Por su parte, Ricardo Bermejo, propietario desde 2014, ha insistido a través de su cuenta en Twitter: "Cuidado a los desinformados: si has cedido todos los derechos de algo y cobrado por ello, no puedes ir diciendo que te lo han quitado".

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Es una vista inédita sobre los derechos de autor, que sentará jurisprudencia en torno a una cuestión nuclear: hasta dónde llega el derecho del creador (Urmeneta y sus colaboradores) y hasta dónde llega el derecho del licenciatario (Kukuxumusu).

El procedimiento judicial se deriva de la demanda que Kukuxumusu presentó el 5 de mayo del año pasado por infracción de los derechos de propiedad intelectual contra Urmeneta y otros cuatro ilustradores a los que exige que cesen de dibujar y comercializar lo que denomina Universo Kukuxumusu, es decir, todos aquellos personajes e iconografía diseñados en su mayoría por el artista pamplonés y por los dibujantes codemandados, que en el año 2015 rescindieron su relación laboral con la marca de El beso de la pulga.

La empresa, que desde 2014 es administrada por Ricardo Bermejo, quien también es su máximo accionista y con el que Urmeneta mantiene un agrio desencuentro, sostiene que es titular de los derechos económicos (reproducción, distribución, comunicación pública y transformación) de los dibujos de ese universo, derechos que le corresponden conforme a los contratos de cesión.

Frente a la postura de la parte demandante, Urmeneta y sus colaboradores mantienen que la cesión contractual de sus dibujos se ciñe únicamente a las obras concretas realizadas y comercializadas bajo el paraguas de Kukuxumusu, un catálogo que se compone por más de 14.000 ilustraciones que figuran en los anexos individualizados de cada contrato, pero nunca a los emblemáticos personajes que afirman que siguen perteneciéndoles por ser sus autores legítimos.

En este sentido, los codemandados destacan que los personajes y la iconografía utilizados en Kukuxumusu son en buena medida anteriores a la creación de la empresa, fundada en 1989, y que Urmeneta utiliza fuera y dentro de ella. Un ejemplo es el toro Testis, que ya aparecía en creaciones de juventud del artista pamplonés o en el cartel de San Fermín de 1990, que sigue utilizando y comercializando con regularidad desde antes de la creación de la marca y hasta la fecha en carteles, grafitis, exposiciones, etc.

Descalifican, por ello, lo que consideran un intento por parte de Bermejo de arrogarse titularidad exclusiva de los personajes que estos dibujos representan, así como el derecho de explotación de cualquier dibujo, presente, futuro o hipotético que pudiera reproducir a estos personajes, lo que limitaría y cercenaría su futura capacidad creativa.

katuki, a la expectativa Como medida cautelar previa al juicio, el mismo Juzgado de lo Mercantil prohibió a finales de junio a Urmeneta la reproducción, distribución, comunicación o transformación de los dibujos del Universo Kukuxumusu, al estimar que “los dibujos utilizados por los codemandados para incorporarlos a los productos que venden a través de la web de Katuki Saguyaki y resto de plataformas, son copias o transformaciones de aquellos que fueron cedidos en exclusiva a la demandante”. Fruto de esa decisión judicial, la primera colección de dibujos de Katuki Saguyaki con motivos sanfermineros fue retirado del mercado en vísperas de las pasadas fiestas de San Fermín.

Aunque en aquel auto, ratificado después por la Audiencia Provincial, el juez admitió que Urmeneta y los demás demandados, incluida la empresa Hombre de Paja SL, “podrán incorporar otros dibujos distintos y de novedosa creación que no infrinjan los derechos cedidos”, la disputa legal que se dirimirá a partir mañana gira en torno al derecho de los exdibujantes de Kukuxumusu a seguir siendo legítimos propietarios de la propiedad intelectual que concibieron en el seno de la citada empresa o, si por el contrario, la cesión contractual a favor de Kukuxumusu se lo impide.

Así pues, sobre la mesa del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pamplona está resolver el objeto de la cesión entre creadores y empresa (¿se trata de dibujos individuales, como reflejaría los propios contratos, o de una serie de personajes que conformarían un conjunto homogéneo como afirma Kukuxumusu?), así como determinar el si el autor goza del derecho a seguir dibujando sus propios personajes y a seguir creando según su estilo, iconografía y grafismo o, por el contrario, prevalece el derecho económico de la empresa comercializadora, cesionaria de los derechos de explotación.