Madrid - El futuro de las cabinas telefónicas parece que está en juego en España después de que ningún operador se haya presentado al concurso para renovar este servicio y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) haya cuestionado su mantenimiento dentro del servicio universal de telecomunicaciones. Varios factores influyen en la posible desaparición de las populares cabinas, que comenzaron a funcionar en España en 1928, cuando se instaló el primer teléfono público en el Parque de El Retiro de Madrid. El principal de ellos es su decreciente uso y el coste cada vez mayor que supone mantenerlas, en parte por el vandalismo que sufren.

El último capítulo de esta lenta decadencia llegó la semana pasada, al conocerse que habían quedado desiertos los concursos convocados tanto para mantener los teléfonos públicos como para elaborar y entregar las guías telefónicas, servicios que hasta final de año están adjudicados a Telefónica. Fuentes del sector dan por hecho que esta operadora tendrá que seguir prestando este servicio al menos un año más, mientras se decide qué pasa con ellas. Eso supondrá que hasta que el Gobierno decida lo contrario, las aproximadamente 18.000 cabinas que quedan en España tendrán que seguir operativas.

El concurso, ahora desierto y que buscaba la renovación del servicio de cabinas durante un año más, estipulaba como mínimo un teléfono público en cada municipio de 1.000 o más habitantes, a los que se sumaría uno más por cada 3.000 habitantes. En caso de localidades menores, habla de una cabina cuando esté justificado.

El incremento del coste de mantenimiento de estas cabinas ha llevado a la CNMC a plantear al Gobierno que revise la obligación de mantenerlas dentro del servicio universal. Según los cálculos que hace Competencia sobre lo que cuesta prestar el servicio universal, el coste de las cabinas se triplicó de 2012 a 2013 y volvió a subir en 2014 hasta 1,32 millones, pero las estimaciones de los expertos apuntan a que a Telefónica le cuesta anualmente cinco millones de euros mantenerlas.

Además, cada vez hay menos teléfonos públicos en las calles españolas: actualmente quedan 18.300 que dan servicio las 24 horas del días y los 365 días del año. De ellas, 12.000 ya no son rentables y las que lo son no cubren la rentabilidad del conjunto del servicio.

El año en que hubo más teléfonos en la vía pública fue 1999, aproximadamente 55.000, aunque si se tienen en cuenta también los existentes en recintos privados como aeropuertos, hospitales, la cifra máxima rondaría los 100.000.