BILBAO. Según explica la cadena de panaderías, no se cumplieron los protocolos establecidos dejando las luces encendidas, el producto expuesto y la puerta semiabierta.
La compañía ha iniciado un proceso de investigación interno para determinar "el motivo de este fallo en el protocolo" y llevará a cabo, de forma preventiva, una renovación completa del establecimiento afectado por la plaga, que permanece cerrado y precintado por orden policial.
Granier muestra su consternación por lo que ha llamado un "hecho aislado" y recalca los valores de la empresa: "respeto por el producto, la calidad y el cliente".