pamplona - “Vasco-navarro soy del valle roncalés, donde la primavera por vez primera vi florecer”. Estos versos del zortziko El Roncalés, interpretado por el coro Julián Gayarre, emocionaron al físico de Isaba. Y eso que, como el mismo reconoció al término del acto, “uno ya sabe contener sus emociones”. Su pueblo Isaba, el valle de Roncal y una nutrida representación de sus amistades de la infancia, tuvieron un protagonismo especial. Y por supuesto “sus chicas”, su mujer Montserrat Clerigué, sus hijas María y Ainhoa, así como sus hermanos Javiertxo y Maite, y otros familiares.
Las grandes y más sentidas ausencias fueron las de sus padres, ya fallecidos. Para ellos fueron las primeras palabras de su discurso. “Son quienes más hubieran gozado con esta distinción. Nuestra madre Felisa Landiribar Cenoz ulzamarra de Urrizola y Pedro Etxenike Iparaguirre, baztanés de Irurita”. También a ellos se refirió su hermana Maite: “La única pena es que faltan nuestros padres, pero estamos toda la familia, los amigos de Isaba, y la coral que Pedro no se esperaba y le ha emocionado. Estamos muy agredecidos”. - M.Olazarán